Ni es cielo ni es azul
Avelino Oreiro
Se adelantó el invierno
óoscar Puente ha comentado en la Ser que al ver el nerviosismo del actual alcalde del PP de Valladolid cuando él va por allí, “me pone cachondo la idea de volver” (textual), aunque ahora “mi vida está en otro plano”. ¿En el de preocuparse por los transportes de este país, que es, o debería ser, su cometido? Bueno, al menos un poquito ese plano lo atiende, sobre todo si, más que de responder por tantas averías, se trata de prometer inminentes llegadas de nuevos trenes de alta velocidad, como anteayer en esta provincia, que aprovechando que Bolaños veranea siempre por aquí vino y nos dijo que en 2027 tendremos Ave. El año pasado era en 2026 y no sé si el próximo nos asegurará que de 2028 no pasa, pero a estas alturas tampoco nos vamos a poner exigentes por un año arriba, un año abajo, con el tiempo que llevamos esperando… Menos que con lo de Palomares, desde luego. Bolaños, ¿por qué no te traes a Albares un día para que nos pronostique, con un margen de error de cincuenta lustros, en qué año de qué siglo de qué milenio de qué era geológica los que mandan en USA se van a llevar las tierras contaminadas, ahora que tan bien estamos con ellos? ¿Que como especie nos vamos a extinguir antes?
Pero en lo que realmente está la vida de Puente es en el plano de la red X, ahí despliega todas sus dotes de ministro Rottenmeier con tonos pendencieros, que es para lo que Pedro le puso, con la excusa de que Ábalos dejaba libre Transportes. ¿No hubiera sido mejor cubrir esa vacante con alguien serio que se ocupara de verdad de esa materia, y haber puesto a este hombre de ministro sin cartera pero con látigo para que azotara sin cesar a los del PP? Donde caben 22 caben 23, se juntan un poquito más y no habría hecho falta comprar otra mesa para las reuniones de los martes. Y en ese cargo no habría necesitado asesores: él solito se basta para pergeñar, por ejemplo, esos tuits contra algunos presidentes autonómicos del PP por su actuación en los incendios, tuits llenos de “ironía y sarcasmo” porque él expresa así su “indignación”. Como ministro sin cartera pero con látigo también se ocuparía de Netanyahu, de Putin y de Trump, ahora que Bruselas parece que margina a Pedro, y Albares sólo se quedaría con la misión de hacer oficial el catalán en la UE, que ya dijo que es su principal preocupación. Así que ministro Rottenmeier en la próxima remodelación. Seguro que eso le pone aún más cachondo que volver a la alcaldía de Valladolid.
También te puede interesar
Ni es cielo ni es azul
Avelino Oreiro
Se adelantó el invierno
Utopías posibles
Silencio personal y movilización social
Opinión
Aurelio Romero
Otro cambio de opinión
¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
La nueva España flemática