El callejón del gato

Los gobiernos de coalición se imponen

Desde que llegó a la presidencia del Partido Popular hace ya más de un año, Alberto Núñez Feijó lleva defendiendo que “lo más justo” para los votantes es que gobierne el candidato que más votos obtenga en las elecciones. Es decir, que gobierne la lista más votada.

Con la euforia después del resultado de las elecciones del pasado 28 de mayo, según manifiestan los dirigentes del PP, no tienen la menor duda de que su partido será el que consiga mayor número de votos y el que deberá gobernar, aunque no alcance una mayoría absoluta en el Parlamento. No niego que pudiera darse el caso, dada la situación, pero el mundo da muchas vueltas y la cosa está por ver. Lo que si tengo claro es que, si no le salieran la cuentas, y el PSOE fuese el partido más votado, Núñez Feijó no tardaría en pactar un gobierno de coalición con Santiago Abascal, en el supuesto caso de que los partidos de la derecha consiguieran una mayoría que lo permitiera. Retrasar la fecha para formar gobierno en las comunidades autónomas, hasta que no se celebren las elecciones generales, sólo es un intento infantil de Núñez Feijó de no retratarse con VOX de cara a la galería, pero no hace falta ser un lince para saber que harán pactos de gobierno en las comunidades donde tengan la posibilidad de llevarlos a cabo, y lo harán para gobernar España si la suma de votos se lo ponen a tiro de piedra. Pero si hubiera que tomarse en serio la propuesta de Núñez Feijó sobre el gobierno de la lista más votada, el bipartidismo desapareció del mapa y las coaliciones son preferibles a un gobierno en minoría recibiendo palos a diestro y siniestro. Uno no puede imaginarse peor situación que un gobierno en minoría frente a una oposición variopinta dando leña en el Congreso de los Diputados, disparando cada grupo desde posiciones antagónicas, que es lo que ocurriría si se dieran las circunstancias, viendo cómo está el patio. El gobierno Frankenstein, como muchos llaman a la coalición del PSOE con Podemos, ha conseguido mantener la estabilidad, superando los efectos provocados por una pandemia y una guerra en Europa. El gobierno Frankenstein ha subido el salario mínimo, ha aprobado le ley Rider, la reforma de la ley laboral que recupera y protege derechos de los trabajadores, ha subido las pensiones a un porcentaje nunca visto, ha aprobado la ley de Memoria Histórica, la Ley de Eutanasia, y otras tantas que no caben en esta columna. Los gobiernos de coalición son el futuro.

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