Muy bajo nivel

Muchos discursos políticos no se dirigen “ad rem”, al asunto, se dirigen “ad hominem”, para apoyar o vituperar la decisión

Como en el caso del huevo y la gallina, hay muchos procesos en los que no se sabe cuál es la causa y cuáles son los efectos. El caso es que se trata de fenómenos que cumplen los viejos cánones de la relación causa-efecto (prioridad, contigüidad y conjunción constante). El fenómeno que me gustaría analizar es este discurso político que, a poco que observe los muchos que aparecen en los distintos medios, no deja de resultarme deprimente. Quisiera averiguar cuál puede ser la causa. Por ejemplo, cuando intentan explicar el momento político pocas veces se recurre a un análisis crítico de las decisiones. Este análisis exigiría buscar cuál es el contenido de la decisión, los fundamentos o valores que han conducido a la misma y, luego, qué consecuencias se han seguido. La crítica razonable exigiría mostrar conformidad o no con los valores que han servido de guía, ver si existe coherencia entre la decisión y los valores y, por último, si se han seguido unas consecuencias (in)deseables. Extrañamente entre los discursos políticos al día encontramos un proceso que, en lugar de las preguntas anteriores, se plantea quién ha tomado la decisión, con quién ha tomado la decisión y unas supuestas intenciones ocultas que nada tienen que ver con las consecuencias que puedan seguirse. En todo caso, muchos discursos políticos en lugar de dirigirse “ad rem”, al asunto, se dirigen “ad hominem”, tanto para apoyar la decisión, como para vituperarla (más bien para esto último). Sin ir más lejos, ¿quién ha hablado de las propuestas de Feijóo (cuando las ha habido)? Más bien los comentarios se han dirigido a resaltar sus despistes. Lo mismo cabe decir de muchas de las decisiones del gobierno (acertadas o no, siendo eso lo que nos interesa) y se han centrado en resaltar que han sido tomadas por un presidente prepotente y ambicioso (con posible desequilibrio mental) acompañado de etarras, separatistas y comunistas. ¿Son relevantes esas circunstancias para apoyar o criticar la nueva ley del aborto, o la eutanasia, o la subida de las pensiones, o la ley del solo sí es sí, o los indultos a los independentistas, ley trans, o…? Y pregunto: ¿es que los políticos no dan más de sí y los electores se conforman con lo que le dan, lo que implica un descenso en su alcance intelectual, o es que piensan que los electores no tienen más luces y tienen que “descender” a su nivel con la consiguiente rebaja de sus capacidades?

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