Un relato woke de la extrema izquierda
No hacer nada
Vivimos en una aparente lucha por ver quién es capaz de acumular más cosas en su lista de “recados” y enorgullecerse de ser capaz de tacharla con la mayor rapidez y eficacia posibles. Por si no fuera poco, contamos también con un amplio abanico de posibilidades para no aburrirnos y mantener ocupada nuestra mente. Debemos buscar continuos quehaceres que nos mantienen ocupados y herramientas que parecen mejorar el tiempo libre, pero que dificultan la oportunidad de frenar de forma consciente aunque sea un poco. ¿Ha probado a esta sin hacer nada? ¿A estar tumbado sin móvil en mano o a pasear sin rumbo fijo? Quizás haya sentido que estaba perdiendo el tiempo, pero se trata de una herramienta fundamental para el bienestar del cerebro y de la mente.
Muchos hombres y mujeres envejecen sin saber lo que hacer, pero no todos maduran. La vejez es un fenómeno físico. Cómo empezar a disfrutarlo sin sentir culpa.
También te puede interesar
En tránsito
Eduardo Jordá
¿Tú también, Bruto?
Ciavieja
Las pensiones vuelven a subir
La ciudad y los días
Carlos Colón
Lo único importante es usted