Un querido amigo, abogado y economista, me recordaba una de las enseñanzas más importantes de las humanidades en general y de la historia en particular . Que los autócratas, dictadores, sátrapas o tiranos nunca pueden llevar a cabo sus ambiciones sin los secuaces que los encumbran y sostienen. Desde el Neolítico hasta el presente. Vayan a caballo, barco o avión Falcon. Sus objetivos son poco originales y dañinos: pasión de dominio, poder sin límites, impunidad ante la Ley, dinero y privilegios. Si todo esto tiene aspecto de democracia, mejor que mejor. Después de todo, envidian su imagen pero detestan y temen su contenido, instituciones, exigencias y significado. Para imponer semejante perversión hay que destruir con saña educación y cultura. Tienen que apoderarse y controlar toda iniciativa de asociación y participación ciudadana. Y por supuesto, perseguir los símbolos de la Nación que nos hacen a todos ciudadanos, como la bandera y el himno. ¿Por qué ese empeño en que nos avergoncemos de nuestra secular bandera e himno? Debe ser por aquello de "divide, vencerás…y cegarás" Recordemos que la soberanía nacional pertenece a todos los españoles. Está representada en nuestras instituciones. Empezando por el Congreso de los Diputados y el Senado. Secuaz procede del latín sequax-acis y tiene un sentido peyorativo. Definición del término en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua "Que sigue el partido, doctrina u opinión de otro". Son sinónimos de secuaz: esbirro, paniaguado, sectario, gregario, prosélito y sicario. El Parlamento debe controlar al gobierno. El Tribunal Constitucional debe velar por el cumplimiento de la Constitución. Los políticos están a nuestro servicio. Jamás al contrario porque de ser así, la democracia habría desaparecido. Viviríamos en la dictadura del tirano y sus secuaces. Ley Orgánica 6/2002, de 27 de junio, de Partidos Políticos. Capítulo II. De la organización, funcionamiento y actividades de los partidos políticos. Artículo 6. Principios democrático y de legalidad. "Los partidos políticos se ajustarán en su organización, funcionamiento y actividad a los principios democráticos y a lo dispuesto en la Constitución y las leyes. Los partidos políticos tienen libertad organizativa para establecer su estructura, organización y funcionamiento, con los únicos limites establecidos en el ordenamiento jurídico".