El pito del sereno

Los serenos desaparecieron hace cincuenta años pero su silbato pita más que nunca

La figura del sereno emergió a principios del siglo XVIII. Paulatinamente se fueron regulando sus funciones y se generalizó su presencia en todas las calles de nuestro país. Entre sus ocupaciones destacaban encender el alumbrado público, portar las llaves de los portales de las casa y pregonar la hora y el tiempo atmosférico. Así era común escuchar: "las diez y sereno, las once y sereno, las doce y lloviendo". Se entiende ahora el nombre, claro. Pero, además, también tenían funciones de vigilancia. Si consideraban que se estaba cometiendo alguna infracción en seguida usaban un silbato para avisar a la policía. Por alguna razón el uso del pito se hizo cada vez más frecuente hasta el punto que andaban silbando por cualquier motivo. Se conoce que debieron abusar tanto que ya nadie le hacía el más mínimo caso al pito del sereno. Ni los vecinos ni la policía lo tomaban en cuenta. Y de ahí viene la expresión que, hoy en día, aún sigue vigente. Tomar por el pito del sereno implica no prestar ninguna atención a una persona.

Los serenos se extinguieron como cuerpo en 1977 pero la expresión que acuñaron se muestra más actualizada que nunca. Nos llevan anunciando una tormenta económica sin precedentes desde hace meses. El miedo inoculado en este tiempo nos ha dejado preparados para tolerar que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo nos suban los tipos de interés. ¿Quiénes pagan? Los de siempre.

Los conflictos geopolíticos de todo el orbe dan como resultado sistemático una inestabilidad en las bolsas. De un modo u otro el barril de brent sube y otra vez los de siempre acabamos pagando más en las gasolineras. Pero cuando el barril vuelve al precio previo ¿se nota en nuestros bolsillos? Por supuesto que no.

Hace una década nos conminaban a utilizar el diésel porque contaminaba menos que la gasolina. De un tiempo a esta parte existe una presión creciente para que nos pasemos a híbridos y eléctricos. ¿Un mundo sin humo? Fantástico, pero luego uno lee a los científicos y nos dicen que no hay, por ejemplo, litio o incluso silicio para electrificar a todos los vehículos del orbe.

Y un vistazo al panorama político nacional no deja mejor sabor de boca. Los mediocres siguen medrando a costa del esfuerzo de los más válidos. La Educación, la Sanidad y las Leyes se manipulan para ponerse al servicio del político, no del ciudadano. Definitivamente nos toman por el pito del sereno.

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