Más para unos pocos, menos para otros muchos

Mi reacción espontánea, esa decisión me parece una barbaridad

Me da terror cada vez que oigo a un dirigente del Partido Popular decir que va a hacer una modificación "revolucionaria" de los impuestos. Es más que posible que a poca gente, por no decir a nadie, le interese cuál es mi estado de ánimo, si aterrorizado o crecido ante esos anuncios. Pero tal vez sí les interese saber cuáles son los motivos. El anuncio del presidente es un mantra que se repite una y otra vez cuando los populares proponen qué hacer para que la situación económica mejore. "Bajar impuestos", "bajar impuestos". Parece que no se les ocurre otra cosa. Es curioso que tal vez hayamos olvidado pese a nuestra experiencia cercana, que cuando llegaron al poder hace algo más de una década, en lugar de bajar los impuestos, los subieron, como si ya no creyeran eso de "donde mejor está el dinero es en el bolsillo de los contribuyentes". Al menos eso creo recordar que hizo Rajoy. Pero el caso de Moreno Bonilla es diferente. Porque no se ha quedado en un anuncio. Ya ha aprobado una "revolucionaria" rebaja de impuestos. Me temo (una vez más el temor) que no voy a ser muy original en lo que sigue, porque todos los que puedan leer esto habrán oído lo que voy a escribir. Pero no quiero dejar pasar esta oportunidad para expresar mi opinión: como reacción espontánea, su decisión me parece una barbaridad. Y no solo por la cantidad que deja de recaudar, que es importante. Y tampoco solo por el riesgo que se corre de que, contra las expectativas del Presidente, no se incrementen los ingresos procedentes de otros impuestos en campañas posteriores. Y tampoco por el hecho de que Andalucía sea receptora neta de ingresos desde el gobierno central. Tampoco por ese falso pugilato que pretende mediante ese "efecto llamada", en concreto al empresariado catalán, de ofrecerles lo que Ayuso llama el "paraíso". ¿Acaso pretende que los empresarios catalanes recojan armas y bagajes y se vengan a Andalucía a montar sus empresas? Supongo que lo más que conseguiría (si es que lo consigue) es que se empadronen al estilo Olona y como mucho incrementen los ingresos desde el IRPF. Pero nada de crear riqueza en Andalucía porque aumente la actividad económica. En conclusión: lo que considero más grave es el mismo principio que anima esta propuesta: favorecer al dinero (en muchos casos ocioso) es el camino para mejorar la economía. Pero, posiblemente, ¿de quién será la economía que así se mejora?

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