Cambio de sentido
Carmen Camacho
Zona de alcanfort
Adivinen, ¿quién la tiene más dura? Rajoy o Puigdemont, los independistas, o viceversa. De testas se trata, y el reto del cabestro más dotado promete. El puñetero desafío catalanista, que no catalán, cansa. Pero es lo que toca, y debemos seguir hablando del mismo, para no arrepentirnos de lo que debíamos denunciar y callamos. Imagino, y espero, que el próximo mes las aguas hayan vuelto a su cauce, pues, de no ser así, algo gordo se habrá montado. Hoy me paro en la descomposición lingüística, el balbuceo repanchigado escuchado estos días a determinados políticos catalanistas. Y no hablo de Rufián, si en descomposición pensaron. Tampoco de otros madrileños, viperinos catalanistas de ocasión. Me refiero a esos que gustan manipular y malear palabros, expresiones grandilocuentes, aniquilándolas en significado, para mentecatamente hacer creer que su "causa" es providencial, y los demás son ilusos totalitarios. Que sus palabras son portadoras de la verdad absoluta, cuando realmente mienten como bellacos. Son esos que, aquí y ahora, hablan de "presos políticos" en nuestro país. ¿Presos políticos? Cuán grande es el delirio y la mentira cuando los argumentos y la razón faltan. Los presos a los que se refieren son varios miembros de la Consejería de Hacienda catalana -colaboradores del bonachón Oriol Junqueras-, detenidos esta semana por constatarse, previo registro con orden judicial, que han llevado a cabo o participado activamente en la organización del referéndum del 1-O. Mismo referéndum cuya celebración y ley suspendió el Tribunal Constitucional. Misma suspensión que conoce todo quisqui ¿entonces? Pues quieto-parado ¿y si no? Ah, te detienen ¿preso? Tu verás. Sí, preso, pero tan ordinario como tu chulería. Nada más. Hablan de "Estado" autoritario. Equivocan Estado y Gobierno del Estado, y, hablando con propiedad, de autoritario tiene el Gobierno español lo que los actuales dirigentes catalanes de democráticos. Y no comulgo, pero las cosas como son. Tachan de "fascistas" a aquellos que cumplen con su obligación, hacer cumplir la ley. A esos les recomiendo mucha lectura histórica, para conocer realmente lo que es el "fascio" y sus derivadas en regímenes fascistas. O mejor, que coloquen frente al espejo sus propios actos, y después califiquen. Con el victimismo y la mentira no se llega lejos. Las cosas por su nombre y, después, que cada cual decida.
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