En menos que canta un gallo

Los ricos matices de una corrida de toros (III)

Ha concluido el tercio de picas. El presidente saca el pañuelo, más blanco que el alba. Comienza el segundo tercio. Las banderillas {palos, palitroques, arpones o rehiletes) constituyen un capítulo, que, cuando hay pureza, en la reunión, el aficionado celebra, en su condición de espectador privilegiado. Dependiendo de las preferencias, una de las modalidades más artísticas es el par de poder a poder. Para ello, el toro debe estar junto a las tablas, y arrancarse cuando lo haga el torero de plata (o el matador, si decide.banderillear). Es fundamental que.la lidia sea la adecuada y el astado quede bien colocado, de manera que el primer banderillero (pares, primero y tercero) y el tercero de la cuadrilla (un par, el segundo) puedan ejecutar la suerte con limpieza. Las modalidades más reconocidas son el par, de poder a poder, al sesgo, al cambio, al cuarteo, al quiebro, a la silla, con el sombrero, al violín... Nadie ejecutó mejor que Joselito el Gallo el par al cuarteo. ¿Quién puede dictar una conferencia magistral sobre este tercio? El Maestro Luis Francisco Esplá. Modulando la palabra como si fuese un verso de su amigo Francisco Brines. O recordando las tauromaquias de Pepe-Hillo y Guerrita, en la anáfora de los días.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios