La esquina
José Aguilar
Por qué Sánchez demora su caída
Conocido el dicho popular de “No hay nada peor que un tonto con una gorra de plato” y en la España actual, tal teoría del vulgo parlante, por mor de un gobierno de charanga y pandereta como en el sufrimos se está convirtiendo en ciencia poseída de un aserto indiscutible; en apenas siete años, este gobierno ha conseguido que las líneas de AVE españolas, posiblemente entre las de mayor efectividad y puntualidad de Europa, se conviertan en algo parecido a los trenes del Oeste americano, allá por 1800; y ahora, los viajeros llevan botellas de champán –o de cava – para descorcharlas si llegan a su hora; y la promesa solemne de una novena a San Judas Tadeo - patrón de los imposibles -, si no se avería y llega a su destino; todo ello, aderezado con Kits de supervivencia – para el frío o el calor, dependiendo del tiempo – y una o dos tiendas de campaña, para asegurar las horas de espera al sol; o nocturnas, que también la hay. ¿Emocionante? ¡Sin duda! Pero los viajeros – cosa lógica - , quieren llegar a su destino; y son muy pocos los viajeros que buscan la emoción, incluso con un asalto de bandoleros, pero tranquilos que, a este paso, todo se andará; maguer que ahora, se conformen con robar el cobre de las catenarias, pero como baje el precio del conocido metal conductor eléctrico, será cuestión de viajar en calzoncillos y sin una mínima muestra áurea, ni anillos, ni cadenas; el devoto de los santos, que se conforme con un escapulario de la Virgen del Carmen que al ser de hilo y tela, de momento, no tiene mercado. Y se preguntarán muchos españoles – no todos, pues alguno, lee y piensa - ¿Cómo hemos llegado a este cachondeo? ¿A qué se debe esta “Pachanga”. Con unos ferrocarriles donde se ha dado una paradoja única en la Europa del siglo XX y XXI – Y por supuesto que no existe constancia de que tal se diera en el Oeste americano del XIX , aunque habían indios, como aquí – hasta el punto de darse el caso de que se compraron unos trenes – dicen algunos que con mordida incluida – que no cabían por los túneles que se habían construido ex profeso para esa línea; y no ha pasado nada, ni se han agrandado los túneles, ni achicado los trenes; ya lo dijo Eduardo Marquina, por boca de Don Diego, en su obra, En Flandes se ha puesto el sol: “España y yo, somos así Señora”. Una situación de los AVE españoles en que es mucho más seguro y puntual el borreguero de los cincuenta que la famosas locomotoras francesas, alemanas (estas eran las del “convoluto” de Guido Brunner, en época socialista, por supuesto) e incluso españolas; pues muy sencillo, nada más llegar a la Moncloa Don Pedro Sánchez, un genio que no nos merecemos, colocó de ministro de transportes y otras muchas cosas más, a un elemento que parece que tiene algún lío con la justicia, - aunque a mor de ser sinceros, en este caso, los jueces parecen estar de vacaciones – un ministro que como tal, no ha brillado que digamos, ahora bien, como macho hispánico, ha dejado huella y estela, pudiendo sentar cátedra, dado lo fácil que es – si vives en la Moncloa - llegar a catedrático en España; y, no es que llegara a las 800 parientas que – según dicen – dejó Salomón al palmarla, pero el hombre, hizo sus pinitos y su fama de semental, no será olvidada fácilmente. Ahora bien, como según el principio de Peter : “Todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia”, el Sr. Sánchez – catedrático consorte - , sustituyó al Sr. Ábalos, por otro inepto, Don Oscar Puente, más fanfarrón sin duda, pero inútil para el cargo, como se está demostrando con creces y a quien le funcionan peor los ferrocarriles que las bicicletas a “Juanico el de las Cunicas”, un personaje popular entre la chiquillería almeriense de los Molinos; y que, allá por los cincuenta, se buscaba la vida haciendo borriquillos y bicicletas de alambre, a cambio de un bocadillo o dos reales; pero que funcionaban mucho mejor que los AVE’s de Don Oscar y, por supuesto que, el personaje, nos costaba mucho menos dinero a los españoles. Y hete aquí que en Almería estamos ansiosos del AVE; aunque tenemos la ilusión de que para entonces, ya les hayan dado puerta a estos mantas.
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