Medio siglo
Equipo Alfredo
Público y privado: el cuarto oxímoron
Este “superpuesto” de sandías, bajo lonas y cerca de un área de servicio, resulta algo más que un tenderete desmontable del que valerse para procurar la venta ambulante. Incluso, aunque pudiera parecerlo, probablemente tampoco ofrezca un producto “de proximidad”, sino que alguna intermediación haya para concentrar esta gran provisión de sandías, puestas a la venta final por “minoristas” en el tránsito de los desplazamientos. En cualquier caso, la sandía es una planta herbácea de antigüedad milenaria, ya que se han descubierto semillas de sandías silvestres con más de cinco mil años de antigüedad. Y, dadas las sanguinarias guerras contemporáneas en Ucrania y Palestina -aunque la paz parezca anunciarse en este último caso-, la sandía tiene, por otra parte, un carácter simbólico. Así, el rojo, el verde, el blanco y el negro son colores panárabes que figuran en la bandera de Palestina, y la sandía -sobre todo con semillas-, que también los tiene como característicos, es símbolo de resistencia del pueblo palestino. Además, en la región de Jersón, en Ucrania, se produce la mitad de las sandías consumidas en ese país y también se utilizó la sandía como símbolo del nacionalismo ucraniano durante la ocupación rusa y la contraofensiva. Y entre los estereotipos racistas sobre los esclavos africanos en Estados Unidos, figuró la sandía, junto al pollo frito, por su consumo. Luego simbólicas sandías al paso.
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