OPINIÓN | Luces y razones
Antonio Montero Alcaide
Las cosas del querer
Un efecto indeseado de las campañas preventivas, frente a compartimientos que deben evitarse, es precisamente el de despertar interés por ellos, de no haberse adoptado, o acrecentar su manifestación cuando se pretende aminorarla o evitarla. Tiene esto algo que ver con el resultado de las prohibiciones, aunque en tal caso por las protestas revolucionarias que reclamaban la libertad individual ante restricciones y limitacionesdebidas a la autoridad tradicional y los sistemas político y económico. En definitiva, los anuncios, las campañas, los eslóganes tanto pueden suadir como disuadir. Pues del mismo modo inducen o mueven la voluntad, con razones para creer o hacer algo, que llevan a abandonar propósitos o intenciones o, también, a cambiar de opinión. Así, dirigirse a una pequeña localidad o pedanía donde falte la cobertura, o haya que buscar el sitio donde encontrar alguna, puede determinar la decisión de no afincarse en ella, mas asimismo ser un reclamo para pasar los días sin la muchas veces atosigante y acaparadora intercomunicación electrónica. En el ámbito de la psicología social -aplicada, por ello, a la reunión de personas-, se tiene como efecto bumerán el imprevisto resultado de acrecer actitudes o conductas que se pretendían cambiar. Luego debe administrarse bien la persuasión, no vaya a ser que, en lugar de inducir, reafirme e inhiba.
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