El subidón de Labella

Imagino que Juan Megino debe sentirse feliz ante la deslumbrante carrera que se le presenta a Ana Martínez Labella al lado del futuro vicepresidente del gobierno de Alberto Núñez Feijóo. Él descubrió para la política a Ana, la llevó desde su cargo en el gabinete de prensa hasta la política municipal, y ahora debe estar pensando que no se equivocó cuando apostó por ella.

En estos días hemos conocido que dos mujeres, Torregrosa y Labella van a estar presentes en la dirección de nacional del Pp. Si Maribel mantiene su estatus al lado de Bendodo, ya venía colaborando con él, Ana acaba de tocar el cielo, como se dice en política, cuando se le comunica que lo hará nada menos que con Tellado, el hombre de confianza de Feigóo. No ha debido pasar desapercibido el trabajo de Ana, para que el hombre a ser el número dos del gobierno del Pp se haya fijado en su trabajo y en ella.

No vamos a contar aquí una historia de todos conocida, como fue el tiempo en el que Ana ha tenido que soportar dentro del Pp más de una y de dos zancadillas. Para los peperos con pedigrí Ana era un impuesta por Juan Megino y no se lo han perdonado en años. Se comentaba que su buen trabajo en urbanismo le había valido un ascenso a los madriles, cuando más bien de lo que se trataba era de quitársela de en medio. A partir de la nueva responsabilidad que Ana va a desempeñar dentro del partido, va a ser complicado para algún sector pepero almeriense hacerle nuevas trastadas. Si pensaban que Madrid podía ser su tumba política, pueden que se hayan equivocado, y que una vez el Pp en el gobierno, dentro de uno de dos años, el nombre de Ana Martínez Labella ocupe uno de esos altares políticos del que va a difícil bajarla.

No lo ha tenido fácil dentro del Pp. Luchó en el grupo de Megino para ir en las listas del Pp, ha luchado con ganas dentro de este partido, le ha echado coraje durante su tiempo en urbanismo, no había arquitecto o constructor que la callara en las reuniones, se aprendía las lecciones a defender, y creo que tiene merecido el reconocimiento a su trabajo. Es agradable comprobar cómo se le puede ganar al poder establecido en Almería, y ella lo ha hecho. Llegó a Almería sin padrino, y ahora ahí tienen, en el equipo del número dos. Enhorabuena. Es el momento de no dormirse en los laureles logrados, los ojos de todos los compañeros de tu partido estarán pendientes de tus aciertos, pero todavía más de tus errores. No hay que fiarse de los halagos.