Algún protector de estómago y algún ansiolítico. Seguramente es lo que lleva tomando algún que otro político esta semana de elecciones. Imagino que uno de ellos será Sánchez debido a que va estar muy reñido en lugares clave para el socialismo. Valencia o Castilla-La Mancha pueden cambiar de color y eso que sus barones han intentado salirse del carro de su secretario general. Sobre todo, Page, aunque con el lío de los estudios de sus hijos ha confundido mucho al socialismo clásico. En Ferraz están muy intranquilos, aunque intenten tapar lo de las listas de Bildu como sea o salten con medidas económicas como la ‘tómbola’ de cualquier feria. Uno de los problemas ha sido el protagonismo que ha querido tener el líder de los socialistas. Ha viajado por toda España dejando atrás a sus candidatos vendiendo la moto en cada uno de los mítines. Por supuesto, viajando con un Falcon por la mañana para reuniones de Gobierno y aprovechando el discurso de partido por la tarde para convertirse así en una auténtica estrella del Pop. Algún que otro barón, seguramente, se ha sentido molesto y otros, han intentado como sea evitarlo en sus ciudades para no salir en la foto de cualquier informativo. Mientras tanto en la otra rama, Feijóo, se ha dado un baño de masas en la ‘terreta’ de Rita y Paco Camps con una plaza de toros repleta y eso ha puesto muy nervioso a Ximo Puig y a sus socios de pactos del ‘botanic’. Aunque también esa imagen recuerda a los tiempos de la corrupción ‘pepera’. Sea como sea, el domingo llega el cambio de ciclo, según los politólogos. Este país siempre ha sido así. También veremos la decepción de partidos como Ciudadanos, que han tirado la toalla desde que se marchó de gira con su pareja, Albert Rivera. También su lío interno y su cara visible, Inés Arrimadas, ha preferido pasearse por todas las ferias de Andalucía y dejar a una Villacís sola ante una supuesta portavoz nacional, Patricia Guasp, a la que solo conocen en Palma de Mallorca. Partidos que desaparecen y otros que empezarán a desaparecer. Podemos empieza agonizar y Pablo Iglesias ya no sabe qué sacar por su Twitter y podcast para intentar que Ione Belarra e Irene Montero estén tranquilas y no griten desesperadas por un voto bien robado por parte de Yolanda Díaz. La ministra de Trabajo será las más cuidada por el PSOE de aquí a las generales. Será clave para que en la Moncloa no cambien de colchón.

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