A nuestro último héroe laureado

Entró en combate el 12 de octubre de 1941, efectuando pequeños reconocimientos a vanguardia y diversos golpes de mano

Este pasado sábado, 14 de enero, se han conmemorado en la Base Militar "Álvarez de Sotomayor" los hechos acaecidos el 13 de enero de 1958 en el combate de Edchera (Guerra Ifni-Sahara 1957-58), donde, junto al Brigada Castromonte, al Caballero Legionario Juan Maderal Oleaga se le concedió (a título póstumo) en 1965 la Cruz laureada de la Real y Militar Orden de San Fernando (la Laureada), la más importante condecoración militar en nuestras Fuerzas Armadas. Esta ha sido la última Laureada individual concedida hasta ahora a La Legión. Pero no lo ha sido en nuestras Fuerzas Armadas, ya que la última se concedió ocho años después (en 1973) al Teniente de Caballería Jaime Galiana Garmilla, por su intervención en octubre de 1941 en el sitio de Leningrado, en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Es posiblemente el expediente de la concesión de una laureada individual que más tiempo ha tardado en resolverse (32 años).

Y viene al caso recordarlo, ya que este año se cumplirán los 80 de la retirada del frente y repliegue a territorio nacional de la División Española de Voluntarios, conocida como División Azul, en su intervención en la Segunda Guerra Mundial.

Con el inicio en junio de 1941 de la Operación Barbarroja (invasión de la Unión Soviética por Alemania), nuestro Gobierno envío una División de Voluntarios (julio de 1941 - octubre de 1943). El procedimiento seguido de integrarla como una División de Infantería más en el Ejército alemán (la 250), permitió mantener a nuestro Gobierno su estatus de no beligerante, puesto que no hubo declaración de guerra a la Unión Soviética. Disponía de unos 18.000 efectivos, y en los algo más de dos años de despliegue, por sus filas, en distintos relevos, pasaron unos 45.000 compatriotas.

La División tuvo 4.954 muertos, 8.700 heridos, 2.137 quedaron mutilados y 372 fueron hechos prisioneros, que permanecieron hasta 1954 en campos de concentración soviéticos, año en el que pudieron regresar los 248 que aún sobrevivían.

Nuestros Soldados dieron muestra de su valor en el campo de batalla, recibiendo el reconocimiento de sus compañeros alemanes y el respeto de sus enemigos. Hechos como los combates del Monasterio de Ostenki, Possad, Posselok y los Cuarteles de Dubrovka, en el marco de la Batalla de la Cabeza de Puente del río Voljov, en el otoño de 1941, la heroica defensa de la Posición Intermedia en diciembre de ese mismo año, en la que no hubo supervivientes, la gesta de la Compañía de Esquiadores al atravesar el Lago Ilmen en enero de 1942, con temperaturas que llegaron a alcanzar los 55 grados bajo cero, en una misión suicida de la que de los 206 efectivos del contingente, solo sobrevivieron 32 (12 ilesos), o la batalla de Krasny Bor, con 2.552 bajas, entre muertos, heridos y desaparecidos, a los que hubo que sumar 300 prisioneros, dejaron constancia del compromiso con el cumplimiento del deber, haciéndose acreedores, entre otras condecoraciones alemanas y españolas, de 8 laureadas individuales. De estas, la primera fue propuesta al Teniente Galiana Garmilla, siendo la última concedida 32 años después.

Alistado en la División, fue destinado al Regimiento de Granaderos 269, al mando de la Sección de Asalto. Entró en combate el 12 de octubre de 1941, efectuando pequeños reconocimientos a vanguardia y diversos golpes de mano. El día 18 cruzó, al frente de su sección, el río Voljov. Después de una reconocida serie de exitosos golpes de mano, éstos culminaron con su actuación en el hecho de armas llevado a cabo el día 22, en el que, para proseguir el avance ya iniciado en la orilla oriental del rio Voljov, se ordenó la ocupación de los pueblos Russa y Sitno. Unos nidos de ametralladoras enterrados en el saliente de un bosque impedían todo avance por el número de bajas que ocasionaban en nuestras filas, por lo que el teniente Galiana solicitó reiteradamente poder asaltarlos. Concedido el permiso, se lanzó al frente de su sección contra las posiciones ocupadas por dichas armas, de las que se apoderó después de una valiente lucha cuerpo a cuerpo en la que encontró la muerte, logrando con su acción la reanudación del avance del regimiento y, con ello, la ocupación de los objetivos señalados. Por estos hechos, se le concedió la laureada en 1973. 50 años de la concesión de la última laureada individual en nuestras Fuerzas Armadas, y 80 años del fin de la misión de la División Española de Voluntarios, su recuerdo sigue vivo en la memoria de nuestras Fuerzas Armadas.

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