El medio y el ambiente

A ver los barcos ¿Venir o pasar?

"Venga alegría y jarana / que mañana dios dará: / Y a ver los barcos venir / y a ver los barcos pasar...!"

Qué duda cabe que cuando empezamos a vivir comenzamos a fabricar recuerdos. ¡Ay de aquél que no los tenga ! Y pasado un ecuador imaginario, comenzamos a simultanear la continua fabricación de recuerdos con la vivencia de los atesorados, que no acumulados de cualquier manera. Hago este extraño introito porque hace muchos años que cada vez que en Agosto oigo hablar de la Feria, se me repite con fuerza la canción de Carlos Cano: A ver los barcos venir (El Gallo de Morón, 1981), en cuyo disco afloran nuevas notas del carácter de Carlos, al que aún no hemos terminado de poner en su sitio.

En esa canción, y a propósito de los "que vuelven por feria", dice Cano: "Ya han regresao de tierra extraña, / ¡menudas ferias vamos a pasar!, / que este verano s'han contratao / en la caseta municipal / bailes y orquestas, grandes artistas." Es la ilusión del emigrante retratada en 5 versos.

Y en otra estrofa, cuando aún no estaba mal visto lo del tabaco, y los únicos puros que se vendían en las ferias eran los Capote de Alvaro, con su magnífica boquilla de plástico, pone Carlos en boca del vendedor del carrillo de chucherías: "¡Vamos niños, pipas, globos / y puritos pa'l papá! / No sus hagáis los longuis / y comprarle ar tito Juan."

Dado que ya hemos salido de esa pasada Almería, que podemos considerar retratada en la citada canción de Carlos, muchos añoramos "las modernizaciones", pues no nos gusta nada que se haga realidad el estribillo de la misma: "Venga alegría y jarana / que mañana dios dará: / Y a ver los barcos venir / y a ver los barcos pasar...!", pues esos versos me traen a la memoria lo que me contaba mi madre de San José, cuando los niños gritaban: "ya viene el barco" al ver el de Orán pasar frente a la playa, y ¡todo el pueblo! salía a verlo pasar.

Y lo que yo no quiero es verlos pasar, lo que quiero es verlos como los he visto hace años: es verlos atracar y cargar y/o descargar y partir para un nuevo destino. Y si para eso hace falta dragar el puerto, que lo draguen: todo se limpia en la vida, y si no que le pregunten a los asesores de imagen. Y si hay que terminar de hacer alguna obra, sea escollera o dique o lo que sea y de lo que yo no tengo ni idea, pues que la hagan.

Ahora que todavía resuenan en la Plaza de la Constitución los ecos de la Marsellesa, hagan como dice la misma: ¡Marchons, marchons! pero no pongan en práctica la tópica frase: Laissez faire et laissez passer, le monde va de lui même: Dejen hacer, dejen pasar, el mundo va solo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios