La ciudad y los días
Carlos Colón
Yo vi nacer a B. B.
Que drásticos contrastes tienen los sucesos que vivimos en cada uno de los días presentes. El pasado martes la Princesa de Asturias juraba la Constitución. También recibió el Collar de la Orden de Carlos III. Fue establecida el 19 de septiembre de 1771. Su lema es Virtuti et mérito. Como en el desfile de cada 12 de octubre; vemos los hechos, representación y esperanza de la España unida que podemos ser. Una Nación capaz de aprender de sus fracasos, errores y tragedias. Un pueblo atento para no dormirse, ni falsear, sus laureles. Al mismo tiempo; hace cinco años que comenzó este suplicio de desgobierno. Lo encabeza un Minotauro al que el autoritarismo ya se le queda corto. Afanados en destruir nuestro orden interno. Lo mismo hacen con las relaciones exteriores. Con todas las responsabilidades de gobierno de España. Ambiciona ser investido presidente para embestir la destrucción de nuestra Nación, soberanía y democracia. Borrar su historia y cultura. Dirige un gobierno aberrante. No tienen empacho alguno en pactar su permanencia en el poder con clanes minoritarios de politicastros totalitarios. Acuerdan repartirse el poder y acceso a los recursos de España, con partidos salidos del terrorismo nacionalista. Sus conductas son depravadas y perversas. Manosean la Constitución. Violan todos los códigos legislativos. Roban nuestra ciudadanía y el producto de nuestro trabajo. Atracan los presupuestos generales del estado que sostenemos con el esfuerzo de pagar impuestos. Carecen escandalosamente de virtud y mérito. Hemos llegado a esta situación desesperada por la cobardía, egoísmo e irresponsabilidad de una grey política que tomo la democracia como un negocio particular. Por eso tardaron menos de diez años en traicionar la separación de poderes, el cuidado de la educación y la cultura y el parlamentarismo. Para 1985 el camino a este desastre ya se estaba empedrando. Los españoles, la sociedad que formamos, somos responsables de no haber combatido con decisión y solvencia la corrupción de la grey política. Si un pueblo olvida cuidar su educación y cultura, camina hacia el desastre. Si se deja engañar, manipular, por los responsables públicos le abre todas las puertas a la corrupción. La naturaleza humana es débil y retorcida ante la fascinación que le provoca el poder. Nuestro deber ciudadano es trabajar para regenerar nuestra Nación y democracia.
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