José de Ribas, el fundador de Odesa

Ala orilla del Mar Negro, entre las desembocaduras de los ríos Dniéster y Bug, se encuentra la hoy ciudad ucraniana de Odesa; siendo la tercera mayor ciudad de este país y el centro administrativo del óblast de Odesa, con unas profundas raíces históricas y culturales con Rusia. Una ciudad a la que el famoso crítico literario, periodista y filósofo ruso del siglo XIX Visarión Belinski calificó como la tercera de las ciudades rusas por su importancia y el poeta Aleksander Pushkin reconoció como la más europea de las ciudades rusas, que ha pasado hasta nuestros días como la "perla del Mar Negro". Odesa, además de estar ubicada en un lugar estratégico codiciado desde la antigüedad, sigue manteniendo su importancia económica gracias a su puerto que, como ocurrió durante la época de la Unión Soviética, aún hoy es la principal salida para las exportaciones e importaciones, en este caso ucranianas, que se hacen desde el Mar Negro por este puerto que fue fundado en 1794, por decreto de la zarina Catalina II de Rusia "la Grande", y que desde el año 2000 está considerado como puerto franco, con las ventajas fiscales consiguientes. Este lugar privilegiado para el comercio, y para poder controlar el comercio de otros, supuso que el territorio que hoy conocemos por Odesa fuese asentamiento de los primeros humanos desde miles de años atrás; pasando por griegos, romanos, bárbaros, mongoles y diversos pueblos eslavos y turcos, hasta le llegada del Imperio ruso en la segunda mitad del siglo XVIII, que acabó con la dominación otomana de la zona que se ejercía desde su Kanato de Crimea. La última gran batalla, la que ratificaba la definitiva derrota turca ante Rusia, tuvo lugar con la caída de la fortaleza de Yení Dunyá en Khadzhibey a manos de fuerzas rusas apoyadas por cosacos, curiosamente bajo el mando de un militar español, del almirante y noble José de Ribas; que participó en la firma del Tratado de Jassy en 1792, como parte de la delegación plenipotenciaria nombrada por el príncipe Potemkin para la firma del acuerdo de paz en el que, en otros, se cedía a Rusia toda la orilla septentrional del Mar Negro. Posteriormente, por decreto personal de Catalina II, le encomendó la construcción de una nueva ciudad, lo que lograría en el tiempo récord de dos años, Odesa. José de Ribas y Boyons es conocido en Rusia como Ósip Mijáilovitch Deribás, y aunque nació en la ciudad de Nápoles, procedía de una familia noble española; su padre más concretamente era el barcelonés Miguel de Ribas, que se trasladó a esta ciudad destinado allí como representante de España en el Reino de Nápoles, vinculado entonces a la corona de España. El joven José de Ribas inició muy pronto su carrera en la milicia, a los 16 años ingresó en el ejército napolitano, y con tan solo veinte años ya había alcanzado el rango de mayor del ejército. Pero su vida sufriría un cambio radical cuando, por destacar en sus virtudes militares, fue presentado al conde Alexei Orlov, que tenía acceso a la zarina de Rusia, Catalina II la Grande, por ser hermano de su amante, ella rápidamente lo puso a su servicio como ayudante e intérprete. Ya durante su viaje hacia Rusia recibió su primer bautismo de fuego participando en la batalla naval de la Bahía de Chesme, el 7 de julio de 1770, un decisivo enfrentamiento armado que sería clave para la derrota del Imperio Otomano en la guerra ruso-turca de 1768-1774. Tras su llegada a Rusia ingresa en el Cuerpo de Cadetes de Tierra, quedando registrado en la documentación de ingreso como "miembro de la nobleza española, con el rango de capitán. En San Petersburgo conoce a Anastasía Ivánovna Sokolóvskaya, la que sería su esposa, y a cuya boda asistió la zarina, que también fue madrina de varios de sus hijos. Su relación con Odesa comienza en 1783, cuando entra al servicio del príncipe Grigori Potemkin, favorito de la zarina, que parte hacia lo que hoy sería el sur de Ucrania, ascendiendo primero al grado de coronel y posteriormente al de brigadier, participando activamente junto al príncipe Potemkin en la conquista para Rusia de la península de Crimea bajo dominio turco. Durante la guerra Ruso-Turca, el español Juan de Ribas destacó por su brillantez como estratega, militar disciplinado y valiente, siendo protagonista en los sucesivos enfrentamientos contra los turcos; como en su brillante actuación en la batalla naval del estuario del Dniéper, que le supuso conseguir el mando de una flota, con la que consiguió tomar la isla de Berezán y su ascenso a general mayor, o la definitiva caída de la fortaleza turca de Yení Dunyá en Khadzhibey. Su figura fue tan importante en la época, fuera y dentro de Rusia, que hasta lord Byron describe su participación en la batalla, en el poema Don Giovanni, siendo referencia como protagonista en muchas obras de la literatura rusa. Como recompensa por sus méritos, pero sobre todo por su carácter resolutivo y de buen organizador, Catalina II le encarga la construcción de la actual Odesa; y no la defraudó al lograr levantarla tan solo en dos años, motivo por lo que en dicha ciudad una calle lleva el nombre en su honor como Deribasovskaya Ulitsa y se erigen varios bustos en su honor. La Armada española homenajeó en Odesa al fundador de la ciudad, el almirante José de Ribas, en 2013 como parte de la Agrupación Marítima Permanente de la OTAN, en un acto con presencia de autoridades ucranianas, encabezadas por su alcalde, y españolas. En diciembre del pasado año la propia ministra de Defensa de España, Margarita Robles, durante su visita oficial a Odesa visitaba el monumento dedicado al fundador de la ciudad, como reconocimiento a este insigne español. Desgraciadamente días después de esta visita la estatua de la emperatriz rusa Catalina II y la de José de Ribas, que también formaba parte de la representación, fue retirada de la ciudad que fundó; dentro del proceso de "desrusificación" del espacio público emprendido por el Gobierno ucraniano.