Entre los numerosos ministerios que aglutina el gobierno de España creados con espíritu cristiano para dar de comer a los necesitados, hay uno que no figura en ningún organigrama de la administración política de este inexplicable país; el Ministerio de la Mentira. Hubo un tiempo que la mentira estaba considerada negativamente, pero los tiempos han cambiado una barbaridad y ahora la mentira es una virtud de Estado. Esto justificaría la existencia de ese Ministerio dotado de una amplísima lista de funcionarios, asesores, técnicos y demagogos que se afanan en la manipulación de masas con el arte sublime de la mentira.

El Gran Maestre está creando escuela en el arte de mentir. Ya no se percibe la realidad de la mentira porque todo está envuelto en ese aroma fétido donde nada es cierto. El Chambelán Mayor reparte consignas entre ministros y altos cargos creando un estado de opinión para resaltar la sabiduría política del gobierno y su servicio a la normalización democrática en Cataluña y el País Vasco. La realidad es otra; los delincuentes sonríen ante las cámaras de televisión orgullosos de su libertad, de sus indultos, de sus amnistías, de su propósito de repetir aquella hazaña para declarar la independencia de Cataluña. Y las noticias de los 276 que han rebajado sus condenas por violaciones, agresiones sexuales, pedofilia y otros 43 que ya han logrado la libertad en virtud de la aplicación de la Ley del Si es Si, una especie de franquicia para rebajar los delitos de género. Y también los malversadores, caterva de ladrones ahora generosamente tratados con la nueva ley que les rebajará sus condenas e incluso no permitirá que algunos entren en la cárcel.

El Ministerio de la Mentira a pesar de haber aumentado su presupuesto para engrasar las cuentas de poderosos medios de comunicación y los bolsillos de opinadores, tertulianos e "intelectuales" distraídos, no encuentra recursos para contrarrestar el estado de opinión de una mayoría social que rechaza frontalmente estas "virtudes" del gobierno y su amancebamiento con separatistas, filo terroristas, comunistas, extrema izquierda, tribus todas ellas anti sistema rabiosamente opuestas al Estado de Derecho, la democracia parlamentaria, la economía de libre mercado, la Constitución y la integridad del Estado español. Estos son los socios y aliados de gobierno con los que el Gran Maestre avanza en el proyecto de deconstruir España. Para este proyecto se hace necesario el Ministerio de la Mentira y el ministro Bolaños. Curiosa tarea la de este ministro que consiste en engañarse a sí mismo para después poder engañar a los demás con relativa soltura. El compañero Jorge Bustos lo ha calificado en su columna del diario el Mundo como un" Rasputín de moqueta". Nadie cree que Bolaños se crea las mentiras que lanza como ramos de ortigas. Al fracaso de Iván, habrá de añadirse el fracaso de Bolaños porque tras algunas malogradas iniciativas legislativas inspiradas con mediocre capacidad jurídica, parece alejado de los asuntos de gobierno. Cuidado con las miradas de reojo de Sánchez, tienen efectos políticos letales.

Al mando de esta nave que avanza hacia el confín del mundo, Sánchez con su capa púrpura, cuadrando la mandíbula en un discurso sobre los beneficios de beneficiar a delincuentes, separatistas, ladrones, golpistas, malversadores y tantos otros agazapados a la espera de la lotería del gobierno. Pero Sánchez, que pretende asombrar a Europa, no es el padre de este proyecto, si acaso su continuador. Todo esto es parte de una nueva etapa política que se gestó en el gobierno de Zapatero y que Sánchez pretende culminar en la próxima legislatura, si así se lo permitieran las urnas. Así lo perciben analistas y politólogos de prestigio que avisan de las posibles "maniobras" que aún quedan en la recámara en este largo año electoral que culminará en diciembre. En definitiva y como resumen es el fin del proceso de la reforma y el comienzo de la ruptura. Es decir, la deslegitimación de los acuerdos de los partidos políticos de derechas, centro, izquierda socialista y comunista que dieron paso a la transición política que ha durado hasta que Zapatero, el Necio de mirada azul, descubrió la fuerza del rencor y de la mentira como armas de eficacia política. Y la utilidad para su propio destino de comenzar un proceso de ruptura con todo lo que significó la transición política cuyo fundamento se plasma en la Constitución de 1.978, la Monarquía Parlamentaria y la democracia social y de derecho.

No es la primera vez que el PSOE se pronuncia por la ruptura con el orden político establecido democráticamente. La cuestión medular en estos momentos álgidos de la política española radica en la posibilidad que las mentiras continúen avanzando hasta el mes de diciembre que culmina esta legislatura. Frente a esta avalancha programada y utilizada como herramienta política la derecha no logra articular algunas respuestas, menos aún una estrategia que marque el calendario y el debate político. Es cierto que la izquierda en su conjunto se muestra como una maquinaria política portentosa. Y ello porque quienes se dedican a la política en los partidos de izquierdas no cesan en la actividad y el activismo, mañana, tarde y noche, todos los días del año. Además de esta exclusiva dedicación que en la mayoría de los casos supone un medio de vida, el impacto de una labor de ingeniería social realmente efectiva capaz de cambiar las estructuras sociales y de cambiar la percepción de la realidad. La colaboración "entusiasta" de los medios de información, singularmente los audiovisuales , la influencia en todos los ámbitos de las redes sociales y la performance continuada de los agitadores y propagandistas completan el esquema donde las izquierdas se sienten fuertes y capaces de dar la vuelta a las encuestas conocidas sobre intención de voto excepto las encuestas del CIS al servicio del fiel Tezanos que tiene programada y proclamada la indiscutible victoria de Sánchez por alto , guapo ,garboso y Líder Supremo de todas las Españas.

No es posible imaginar que podría ocurrir desde este comienzo de año hasta las elecciones de diciembre. Lo que no se podrá discutir es el protagonismo mediático de las izquierdas que ahora conforman este gobierno de coalición, su capacidad de establecer el debate político, fijar el calendario y marcar los tiempos. En el otro arco de la política, la derecha no parece encontrar argumentos para asumir lo que anuncian las encuestas; sus posibles votantes no serían suficientes para una mayoría de gobierno. Parece claro que Cs se consume en la desintegración interna y la posible la extinción electoral, en consecuencia no habría otro partido para una posible coalición o pacto de gobierno del PP que no fuera VOX. Y esa es una realidad matemática que habría de afrontar Alberto Núñez Feijoo caso que el PP fuera el partido más votado.

Habrá que esperar la versión del Ministerio de la Mentira.

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