Tribuna

Javier soriano

Coronel en la reserva

El Octubre Rojo

Este octubre rojo en Rusia tuvo su réplica 17 años después en nuestra nación con la conocida como Revolución de Octubre o huelga general revolucionaria de 1934

El Octubre Rojo El Octubre Rojo

El Octubre Rojo

En 1992 se estrenó en las salas de cine la película estadounidense "La caza del Octubre Rojo", basada en el libro de superventas del mismo nombre y protagonizada por el personaje de ficción Jack Ryan, creado por el novelista Tom Clancy, cuya trama se centra en el supuesto submarino nuclear ruso "El Octubre Rojo", con nombre en recuerdo a ese periodo histórico de 1917 en Rusia, conocido así comúnmente, periodo también llamado "Revolución de Octubre" o "Gran Revolución Socialista de Octubre", origen de la guerra civil rusa que tuvo lugar entre 1917 y 1923 en el territorio del disuelto Imperio ruso, y cuyo principal dirigente revolucionario bolchevique fue Lenin. Justificándose en la guerra civil, Lenin legalizó en junio de 1922 la violencia contra los opositores políticos y el arresto de cientos de intelectuales sospechosos de anti-bolcheviques. En ese breve espacio de tiempo, los bolcheviques ejecutaron a más personas por razones políticas que el zarismo en los siglos anteriores.

El totalitarismo de partido único comunista quedaba así perfectamente entronizado, siendo consolidado por Stalin. Un Régimen comunista que ha sido condenado y equiparado con el nazismo por el Parlamento europeo, que con motivo del 80 aniversario del estallido de la Segunda Guerra Mundial, en su Resolución 2019/2819, de 19 de septiembre de este año, en el Considerando K, indica que "las autoridades rusas negaron, en agosto de 2019, ser responsables de este acuerdo (Pacto Molotov-Ribbentrop /comunista-nazi, de 1939) y de sus consecuencias, y en la actualidad están fomentando la idea de que Polonia, los Estados bálticos y Occidente fueron los verdaderos instigadores de la Segunda Guerra Mundial."

Este octubre rojo en Rusia tuvo su réplica 17 años después en nuestra nación con la conocida como Revolución de Octubre o huelga general revolucionaria de 1934, que se produjo entre los días 5 y 19 de octubre de ese año, durante el bienio radical-cedista de la II República. En esas fechas presidía el gobierno Alejandro Lerroux, del Partido Republicano Radical que, aun siendo el segundo partido en escaños, ocupaba la mayor parte de las carteras ministeriales, figurando en este gobierno sólo tres miembros del partido con más escaños, el de la Confederación Española de Derechas Autónomas. Ante una situación política que no reflejaba del todo los resultados electorales, pero cuya legitimidad no era posible objetar, la izquierda más radical y la extrema izquierda demostraron lo poco que les importaba el sistema democrático republicano e intentaron establecer por medio de la fuerza su dominio sobre el resultado de las urnas. Esta revolución estuvo alentada desde amplios sectores y por importantes dirigentes del PSOE, como Largo Caballero o Indalecio Prieto.

La revolución estalló con extremada violencia en Asturias, donde comunistas y anarquistas se apoderaron de Oviedo, Gijón y de la fábrica de armas de Trubia, implantando un régimen de terror. Esta gravísima situación se salvó gracias a la lealtad y heroísmo del Ejército. Fue precisa una verdadera guerra para restablecer el orden constitucional en Asturias, en la que se emplearon a fondo las Unidades desplazadas del Ejército de África. También tuvieron importancia los movimientos revolucionarios producidos en el Ferrol, en las cuencas mineras de Castilla la Vieja y en la Región de León y localidades de la provincia de Valladolid.

Aprovechando este levantamiento revolucionario, Companys proclamó la independencia de Cataluña como un Estado unido a una supuesta República Federal Española que debía surgir con el triunfo de los revolucionarios.

De esta revolución, con un millar de muertos, se declaró inocente a Azaña, se indultaron a los condenados a muerte González Peña (minero, sindicalista y político miembro del PSOE), caudillo de los sangrientos sucesos de Asturias, a Companys, que declaró la independencia de Cataluña, al Teniente Coronel Ricart, de la Guardia de Asalto, y al Capitán Escofet, de los Mossos, pero sí fueron ejecutados los Sargentos Vázquez y Argüelles, a los que no alcanzó la poderosa protección de la masonería.

85 años después, algunos se empeñan en que el mes de octubre siga siendo un mes convulso, especialmente en una Cataluña donde los actuales "Companys" instigan a desentenderse de las sentencias judiciales, como ya ocurrió en 1931 con la aplicación de Leyes aprobadas por el Parlamento catalán, a pesar de las sentencias contrarias del Tribunal de Garantías Constitucionales.

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