Tribuna

miguel iborra viciana

Escritor

En Rágol, San Agapito nos une

Estas son las fiestas de San Agapito que unen y envuelven en alegría a los ragoleños y que brillan con luz propia, en plena canícula veraniega, en toda la comarca del Andarax

En Rágol, San Agapito nos une En Rágol, San Agapito nos une

En Rágol, San Agapito nos une

Evidentemente a los ragoleños y devotos en general, por la gracia de Dios, nos une San Agapito mártir y patrón de mi pueblo natal, Rágol. Él, nos hace superar egoísmos, opiniones y… nos anuncia permanentemente que a su lado todo irá mejor.

Afortunadamente son grandes y maravillosas nuestras obras de devoción y de gloria las que nos acercan a Él y muchos los pequeños milagros que diariamente son archivados y conservados en el corazón de los ragoleños. Es un don muy grande, dulce e intenso, espiritual y extraordinario el que, a través de los siglos, hemos recibido de nuestros antepasados, hemos conservado, hemos crecido y en él permanecemos: ese don es el honor de estar bajo el patronazgo de San Agapito. Fruto de ello, así le cantamos, sirva la presente como homenaje póstumo a mis amigos: el Catedrático don Jesús María Fernández Novoa, autor de la letra, y al Profesor y Compositor don Luis Cervera Quílez, autor de la música:

Las campanas repican a gloria /

con tañido solemne en tu honor/

celebrando la santa victoria/

tú fe en Jesucristo nuestro Redentor.

Santo mártir que diste a los hombres/

vivo ejemplo de ardiente fervor, /

oye a Rágol que invoca tu nombre/

y a tu nombre se acoge, Señor.

Patrón San Agapito/

con palma de martirio,/

el corazón de lirio/

y el alma de azahar,/

a ti Patrón bendito/

mi devoción renuevo/

con este salmo nuevo/

que reza mi cantar.

Gloria y honor /

Aleluya/

Santo Patrón/

Aleluya.

Todo esto indica que seguro llevamos algo de San Agapito en nuestro ADN, y mucho, pero muchísimo más, en nuestro corazón ya que nuestro destino manifiesto siempre será estar a su lado porque Él conoce y entiende todas nuestras cosas, nos guía prudentemente en la vida y nos guardará en su magnificencia, y es ahí donde se producen nuestras grandes proximidades cuando le imploramos y acudimos en su ayuda.

Estamos invitados, porque hemos sido llamados a Rágol, para celebrar y compartir en su honor las fiestas patronales de San Agapito de 2017, que le glorían del 17 al 21 del mes de agosto.

Pero igualmente, el encuentro personal con su presencia es lo que vivimos y lo que nos reconforta en nuestro propio interior, es apertura al hermano, al vecino, al amigo y al conocido, a nuestra vida íntima, que es alimentada por nuestra vida externa; es la plegaria, autenticidad, sentimientos acumulados, acción de gracias, perseverancia y equilibrio; es la inspiración y la voluntad que se abrazan en torno a su trono que pasea victorioso por las calles de Rágol, donde Él no deja ni un instante de mirarnos amorosamente con ternura, delicadeza, dulzura e intensidad porque es nuestro mediador.

Con honestidad y amplitud de miras hacia lo importante os puedo asegurar que vale la pena ponerse en manos de Dios y edificar vuestras vidas iluminados por San Agapito, porque nos dispersamos por otras sendas cuando no caminamos a su lado. ¡Cuántos testimonios y cuántas promesas cumplidas! Un sinfín de explosivos cohetes y barrenos de pólvora honran la muy manifiesta y remota tradición del agradecimiento perpetuo. Al mismo tiempo que las solemnidades religiosas, también lo son el acontecimiento festivo de acogida y recibimiento, donde nacen la relación personal interminable y el coloquio; igualmente la música, el baile, el encuentro con otras personas, que es un enriquecimiento interior; del mismo modo el entusiasmo, la animación, las "cervecicas", las "tapicas" y todo lo que acarrea la necesidad de disfrutar de una ocasión para pasarlo muy bien y "mú agustico", según manda la tradición.

Estas son las fiestas de San Agapito que unen y envuelven en alegría a los ragoleños, y que brillan con luz propia, en plena canícula veraniega, en toda la Comarca del Medio Andaráx y un poco más "retirao". Estos cinco días de auténtica festividad están abiertos para todos en el más amplio sentido de la expresión y recomiendo. Mejor que no te los cuenten, ¡Vívelos! Mirando al futuro, todo lo nuevo florece sobre el terreno de lo antiguo. En ello estamos.

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