La tribuna

Juan Martínez

¡Basta ya, desvergonzados!

¡Basta ya, desvergonzados!
¡Basta ya, desvergonzados!

30 de mayo 2025 - 03:07

Lo que está ocurriendo en España, es un desatino impropio de un país del siglo XXI, si Europa, lo permite – y lo está permitiendo – es evidente que los españoles no nos merecemos ni podemos estar formando parte de un estercolero como la CE y debemos de largarnos de ese muladar cuanto antes. Desde que llegó este gobierno, los escándalos se acumulan a diario; hay procesados, ex ministros, directores generales, altos ejecutivos del Estado, dirigentes de los partidos políticos, diputados autonómicos, alcaldes, concejales, y tantos más que con decir etcétera, etcétera, no estaríamos exagerando. Hasta la esposa y el hermano del presidente del gobierno, también lo están. El fraude de ley, es algo tan habitual que a nadie le sorprende; pues, la ignorancia junto a la desidia, son las dos taras que aquejan a este pueblo, agravadas desde el gobierno de un inepto, medroso y cobardón, que terminó de destrozar el orgullo español, traicionándonos, cuando los españoles, en un gesto de confianza y de esperanza, le entregamos una mayoría, hasta entonces impensable. Su incompetencia y su traición, fueron el abono que hizo posible la llegada de un sátrapa que está destrozando la nación española para siempre. Desde el presidente hasta los ministros, acusan constantemente a los jueces de actuaciones que son claramente acusaciones de prevaricación; en cambio, ninguno cumple con la obligación que le exige el cargo como servidor público, acerca de que, cuando tenga la más mínima prueba de que existe alguien que está delinquiendo, está obligado a acudir a los tribunales de inmediato. Lo acaecido en Extremadura es más propio de la América bananera que de Europa, aun a pesar de lo cutre que Europa es en la actualidad; pero, aun así, salvo en España (quizá sea porque según la vicepresidenta del gobierno, la mitad de España no es Europa) los políticos, ante simples errores de trascendencia ridícula comparados con los abusos que, casi a diario, acontecen en España, dimiten. Un fraude de ley como el perpetrado en Extremadura por quien es la máxima autoridad de partido socialista en la autonomía, ni se le pasaría por la cabeza al más déspota de los países de la CE. Una vez, Jardiel Poncela escribió que “Los ladrones, somos gente honrada” y sin duda fue un visionario; ya que, en España actualmente, ser ladrón es digno de un ascenso en política; ya de por sí la Ley, trata de forma distinta al que roba para él o para otros, como si el delito no fuera el robar, sino el destino de la pasta; de esa forma, se han cargado la malversación en una teoría original sin duda, pero vergonzosa desgraciadamente; puesto que, en ambos casos se atraca al mismo (el pueblo) pero se beneficia a varios, como es el partido. Y cuando al pueblo apenas le quedan los jueces y la UCO para defenderlos de tanto sinvergüenza, con actuaciones harto ejemplares, salta otro escándalo de envergadura suficiente para que se convoquen elecciones en este país, donde el despotismo raya al nivel de los Borbones de principios del siglo XVIII; según el Confidencial, una fontanera de Moncloa y del PSOE, María Leire Díez Castro, - a quien nadie conoce, pero está en todas las fotos con los próceres del PSOE - se reunió en febrero con un investigado por la Audiencia Nacional y huido de la justicia (como ya es habitual en el PSOE) por una trama de hidrocarburos, para pedirle información comprometedora del teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Balas, jefe del Departamento de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa (UCO) y responsable de las pesquisas sobre la mujer y el hermano de Pedro Sánchez; el fiscal general del Estado, el caso Ábalos/Koldo y el caso Cerdán, entre otros. Con un audio en el que se desvela una operación clandestina del PSOE para acabar con la UCO y con comentarios tan duros que llegan a decir: “Si Balas está muerto, mejor”. Con ello, la escoria rebosa en Ferraz y en la Moncloa cual si de unos altos hornos sin limpiar durante años se tratara; y todos callados. Triste es decirlo, pero si se demuestra – y está muy claro – lo que se denuncia, el Tempranillo y su banda eran unos pardillos al lado de esta gentuza que pertenece al partido que nos está arruinando. Con lo que nos costó levantar España, pero entonces no teníamos ni partidos políticos ni corruptos en los gobiernos, como nos ha acontecido en los últimos cuarenta años.

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