La tribuna

Javier Soriano Trujillo

Nuestra defensa vale el 2,1% del PIB

Nuestra defensa vale el 2,1% del PIB
Nuestra defensa vale el 2,1% del PIB

05 de julio 2025 - 03:08

El pasado 22 de junio nuestro “invicto” Presidente compareció desde la Moncloa en rueda de prensa sin periodistas y, por tanto, sin preguntas (como viene siendo habitual) para dar cuenta del acuerdo alcanzado entre nuestra Nación y la OTAN que nos permitirá cumplir plenamente con nuestros compromisos en el seno de la Alianza sin necesidad de elevar el gasto en defensa al 5% del PIB como se ha propuesto recientemente. El Presidente ha esgrimido entre otras razones que “la OTAN siempre se ha basado en la aportación de las capacidades, no en cifras del PIB. Deben saber que el funcionamiento es el mismo, primero se identifican los problemas de seguridad a los que enfrentamos, luego se hace un listado de las capacidades técnicas y humanas que se necesitan y por último se asigna lo que le toca cada aliado”, ha desarrollado. Los técnicos de las Fuerzas Armadas, añadió, han estimado que “España va a necesitar el 2,1% de su PIB para adquirir y para mantener todo el personal, todo el equipamiento, todas las infraestructuras solicitadas por la Alianza para hacer frente con nuestras capacidades a esas amenazas. Por tanto, el 2,1%, ni más, ni menos”.

Pedro Sánchez ha argumentado también que un nivel de gasto del 5% en defensa sería incompatible con el Estado del Bienestar y con la visión del mundo de España. “Pasar del 2% al 5% de aquí al año 2035 exigiría gastar unos 350.000 millones de euros adicionales, que solo podrían conseguirse a base de subirle a cada trabajador y trabajadora los impuestos en unos 3.000 € anuales; eliminar las prestaciones por desempleo, enfermedad y maternidad; reducir en un 40% todas las pensiones, o recortar a la mitad la inversión estatal en educación”, ha enumerado.

Dada la opacidad presupuestaria en estos dos últimos años, al no contar con Presupuestos Generales del Estado y seguir prorrogando los de 2023, no sé hasta qué punto los datos aportados por el Presidente son creíbles. El gasto de unos 350.000 millones de euros adicionales en Defensa sería en un período de diez años, o lo que es lo mismo, unos 35.000 millones anuales. Pero tampoco es así, ya que el incremento hasta el 5% del PIB es progresivo, a alcanzar en 2035, no es el 5% anual hasta el 2035. También hay que aclarar que ese 5% corresponde al 3,5% en inversión militar y al 1,5% en gastos relacionados. Si atendemos al dato de la reducción en un 40% de todas las pensiones, en 2024 el gasto superó los 200.000 millones de euros, es decir, 2 billones en diez años. Pero bueno, el Presidente sabrá las cuentas, porque al Parlamento y a la ciudadanía no llegan. Pero este no es el problema, si no que el Presidente sólo hable de capacidades para hacer frente a nuestros compromisos con la Alianza, dando por hecho que con el 2,1% cumplimos. No habla de los Riesgos y Amenazas a la Seguridad y Defensa Nacional definidos en la Estrategia de Seguridad Nacional 2021, en el que se hace referencia a la Autonomía estratégica europea, que implica un mayor peso geopolítico de la Unión Europea en la esfera mundial, o del Mayor protagonismo en la OTAN, al considerar la defensa colectiva un elemento central para la Seguridad Nacional, encontrando en nuestra participación en esta Alianza la mejor vía para proteger intereses y valores frente a las amenazas compartidas a la seguridad. La realidad es que tanto compromiso en el documento Estrategia de Seguridad Nacional 2021 para ser al final la Nación que menos aporta al esfuerzo común. Una visión integral de los riesgos y amenazas a la Seguridad Nacional, que incorpore los desafíos que presenta el flanco sur, ha de tener su debido respaldo económico, y de esto el Presidente no ha hablado. Sin embargo, su puesta en escena anunciando a bombo y platillo que ha llegado a un acuerdo para excluir a nuestra Nación del compromiso de alcanzar el 5% del PIB en 2035 en Defensa, se ha visto “empañada” por las declaraciones del Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, negando que haya concedido esta cláusula de exclusión a España. Lo que me hace pensar que estamos ante una nueva “fake new” presidencial, a la que por desgracia nos estamos acostumbrando. Y en este caso, con el agravante de desconocer qué orden de prioridad en sus políticas le dá nuestro Gobierno a la Seguridad y Defensa Nacional en la situación internacional tan convulsa en la que nos encontramos, y si es que realmente le importa o sólo le interesa para mantener la apariencia ante nuestros Aliados. Esperemos al resultado de la cumbre de la OTAN en La Haya.

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