Nuestro pasado está plagado de tantos hechos relevantes que prácticamente todos los días del año tenemos efemérides que conmemorar, siendo frecuente que coincidan varias el mismo día. Es el caso del próximo 8 de septiembre, en el confluyen efemérides tan importantes como la llegada de Juan Sebastián de Elcano a Sevilla (1522), el nacimiento en Valencia del escultor Mariano Benlliure Gil (1862), la botadura del submarino Peral (1888) y el Desembarco en Alhucemas (1925).
Siguiendo el orden cronológico progresivo, en agosto de 1519 partió desde Sevilla una expedición de cinco naos al mando de Magallanes para abrir por occidente una ruta comercial con “las islas de las especias” (actuales islas Molucas). Solo tres naos llegaron en abril de 1521 a Cebú (Filipinas). El día 27 murió Magallanes en la batalla de Mactan. Al poco tiempo de abandonar Cebú, fue quemada una de las naos, y con las dos restantes (Victoria y Trinidad), al mando de Elcano, llegaron a Tidore, Islas de las Especias. Cargados los barcos, la nao Trinidad se tuvo que quedar por una vía de agua, regresando a España por el Índico la nao Victoria, que conseguiría llegar a Sevilla el 8 de septiembre de 1522, convirtiéndose así en la primera embarcación de la historia en dar la vuelta al mundo, hecho que es recordado por un cuadro de Elías Salaverría, conservado en el Museo Naval (Madrid).
Nacido en Valencia el 8 de septiembre de 1862, Mariano Benlliure Gil se inició muy joven en la pintura siguiendo el ejemplo de sus hermanos mayores José, Juan Antonio y Blas. En 1881 viajó a Roma donde decidió abandonar la pintura para dedicarse a la escultura. En 1884 obtuvo la segunda medalla de la Exposición Nacional, en 1887 el primer premio con una estatua del pintor Ribera y en 1900 obtuvo el Gran Prix de la Exposición Universal de París. Durante su vida asumió importantes cargos públicos, como el de Director de la Academia de España en Roma en 1901, el de Director del Museo de Arte Moderno de Madrid de 1917 a 1919 y el de Director General de Bellas Artes de 1917 a 1931. Dentro de su ingente obra, pronto destacó con la escultura monumental relacionada con la milicia, donde cabe destacar, entre otros muchos, el monumento a Alfonso XII y el del General Martínez Campos en el Parque del Retiro, el del Teniente Ruiz en la Plaza del Rey, o el del Cabo Noval en la Plaza de Oriente, todos ellos en Madrid. Otras obras a destacar son el monumento a los Héroes del Regimiento Alcántara en la Academia de Caballería (Valladolid) o el del Comandante Villamartín en el Museo del Ejército (Toledo).
En octubre de 1887, Isaac Peral comenzó en el Arsenal de La Carraca (Cádiz) la construcción de su submarino Peral, que fue botado el 8 de septiembre de 1888. Fue el primer submarino del mundo con batería eléctrica y con el poder de disparar torpedos sumergido. Era de acero, forma de huso y sección circular. Medía 22 m de eslora, 2,87 de manga y 2,76 de puntal. Desplazaba 77 toneladas en superficie y 85 en inmersión. Su cota de inmersión era de 30 m. Su dotación era de 10 hombres. Tenía dos hélices a popa movidas por motores eléctricos de 30 CV, alimentados por una batería de más de 600 acumuladores. Daba 8 nudos en superficie y 3 en inmersión. Su autonomía era de 130 millas a 6 nudos y 396 millas a 3 nudos. Tenía un tubo lanzatorpedos a proa y podía llevar dos torpedos de reserva. A pesar de realizar las pruebas de mar con éxito, el proyecto no siguió adelante por desacuerdos con la Armada. El casco del Peral se encuentra expuesto en el Museo Naval de Cartagena.
En el marco de la guerra contra la República del Rif, liderada por el beniurriaguel Abd el-krim, la mañana del 8 de septiembre de 1925 la primera oleada de desembarco, al mando del Coronel Franco, alcanzó la playa de la Cebadilla, al oeste de la Bahía de Alhucemas, dando comienzo a la primera operación anfibia conjunto-combinada del siglo XX llevada a cabo con éxito en el mundo. Conjunta, por la participación del Ejército, la Armada y las Aeronáutica militar y naval (entonces no existía el Ejército del Aire); y combinada, por la participación de fuerzas de varias Naciones, en este caso, junto a las españolas, una escuadra naval y un grupo aéreo franceses, todo ello bajo mando español. El desembarco de Alhucemos es un hito en la historia militar moderna.
Somos herederos y depositarios de hechos tan relevantes de nuestra historia como estos que he descrito. Mantengamos vivo su recuerdo.