La tribuna

José Miguel García Torres

Festivales y ortografía

Festivales y ortografía
Festivales y ortografía

29 de mayo 2025 - 03:09

Días atrás, concretamente el 22 de abril (martes), durante la llamada Pascua de Padrón (La Coruña), pude presenciar por fin la actuación en directo de una de las grandes orquestas espectáculo gallegas. Por cuestiones turísticas se nos había escapado la actuación de Paris de Noia (domingo). La Olympus actuó el lunes, pero solo pudimos ver el show durante un cuarto de hora. El martes nos organizamos mejor. A eso de las nueve de la noche aparcamos el coche y fuimos a una de las cuatro grandes pulperías cubiertas con sendas carpas para proteger de las posibles inclemencias del tiempo. Tras varias raciones de pulpo y una de carne a la brasa, regadas con cerveza (0,0) y agua, aunque la costumbre local es beber vino en general tinto, tomamos café y nos dirigimos hacia el tráiler que servía como escenario a la Panorama. Un espectáculo audiovisual impresionante (obviando las molestias sonoras al vecindario colindante), de unas tres horas, gratuito, abierto a todo el público verbenero. Pueden hacerse una idea del show viendo en YouTube ‘Orquesta Panorama 2025’ y las otras citadas, interpretando un amplio y diverso repertorio musical, desde ‘Wind of change’ (Scorpions) a Paquito el chocolatero.

Durante el regreso al lugar de hospedaje fui recordando las actuaciones musicales que presencié en escenarios modestísimos, sesenta años atrás, como las organizadas en la Universidad Laboral de Sevilla, entonces regida por los salesianos, con motivo de la festividad de S. Juan Bosco (31 de enero), fundador de la Congregación. Tras cursar 5º de Bachillerato en Almería me trasladé a Sevilla, gracias a una beca de Mutualidades Laborales, para completar los estudios preuniversitarios. Allá por 1965 actuaron en la citada ‘laboral’ dos jóvenes cantautores que alcanzarían notoriedad: el afamado conquense José Luis Perales y el canario Braulio García. Todos los actuantes fueron muy aplaudidos por los dos mil alumnos allí presentes. Para muchos de nosotros fue una grata sorpresa que Braulio recibiera, en 1975, el 2º premio del Festival de Benidorm por su canción Déjalo volver (YouTube). Algunos dicen que su mejor composición como letrista es La Cerillera y otros opinamos que es la de Benidorm. Braulio, además, nos representó en el Festival de Eurovisión de 1976 con Sobran las palabras.

Cuando rememoramos el pasado en la ‘laboral’ de Sevilla casi siempre hay alguno que trae a colación la mayor putada educativa de la que tuvimos conocimiento. Braulio me antecedía en el listado de clase (Perales cursaba otra modalidad) y poco después de los García estaba uno de los alumnos más brillantes, al que suspendieron en junio (Lengua española) por una sola falta de ortografía. En uno de los poemas de Garcilaso de la Vega aparecía el término ‘embebecido’, pero el compañero se descuidó y escribió ‘embevecido’. Tuvo que desplazarse 600 km en los trenes del pasado, desde Cuenca hasta Sevilla, para examinarse de nuevo. Fue entonces, en septiembre, cuando D. Tomás Buesa Oliver (1923-2004) lo calificó con la nota máxima: 10 puntos y matrícula de honor (la única que hubo en ese curso). En Almería, los alumnos de D. Pascual González Guzmán (1928-1985) teníamos buen nivel ortográfico, pero nadie está a salvo de una desatención. En 4º de Bachillerato nos fue indicando como tarea un libro distinto a cada uno. A mí me correspondió La Gaviota, una de las obras de Cecilia Böhl de Faber (Fernán Caballero como seudónimo). Había que entregar un folio con el resumen (sin ninguna falta ortográfica) y responder oralmente a las preguntas que hacía sobre el argumento para comprobar que lo habías leído. No recuerdo haber tenido problemas con la ortografía, gracias al buen entrenamiento básico realizado años antes en la llamada escuela de los franciscanos (hoy Colegio San Francisco, centro concertado): cada tarde hacíamos un dictado y era mejor estar atentos y no cometer disparates (se repartía ‘jarabe de palo’).

A quienes tuvimos la suerte de estar en las aulas con aquellos y otros exigentes profesores se nos cae el alma al suelo cuando, alguna que otra vez, vemos en la televisión rótulos mal escritos. En Gol TV, por ejemplo: “encuentraban” (encontraban), “haber” (a ver), etc. Finalmente, en relación con los exámenes de acceso al nivel universitario, la sociedad sigue desconociendo el porcentaje de alumnos con faltas de ortografía. Parece ser que los gerifaltes de la Finca Santa Isabel y de la UAL prefieren llamarse andana y seguir dando patadas a la transparencia educativa.

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