Sinceramente, la lectura de las declaraciones de los adalides (¡?) del PSOE, me causa tanta risa como bochorno, cuando compruebo el nivel astronómico de desvergüenza que acoge a los que componen los puestos oficiales de vividores en dicho partido. Hoy he leído que la portavoz federal del PSOE, Montse Mínguez, ha recordado este sábado al Partido Popular que el caso Montoro “no es pasado, sino que es presente”, cuestión harto discutible; pero que, si se analiza con el mismo ojo clínico, tendríamos que preguntar: Y los casos, Malesa, Filesa, Time Sport, El BOE con una estafa de más de setecientos millones de Pesetas; el caso Roldán, que hizo reír a media Europa (con espías laosianos); el Gal, con asesinos pagados (Y esto, sí que es gordo); el caso Juan Guerra, etc., los ERES, con condenas y enjuagues para tapar las vergüenzas. ¿Qué serían esos casos? ¿Pasados o presentes? Porque en esta España, cada vez más endeudada, vituperada, avasallada, desprestigiada y esquilmada por la corrupción, cuya presencia en el mundo civilizado, equivale a la de “Fuegovivo” en las Cortes – ¡Qué pocos se acordarán de este personaje de la Almería de los sesenta! - porque a esta España, aborregada en demasía, le toman el pelo a diario, desde el Señor presidente, con sus milongas a las gansadas de nuestro ministro de AA EE al que oírle suena a guasa y nos recuerda a Pepe y Nolo Villa del Río, unos genios cántabros conocidos como los hermanos Tonetti, quienes hicieron reír – pero con verdad y alegría - a los españoles de hace 60 años. Y digo yo; y digo bien, como dijera muchas veces nuestro inolvidable y magnífico profesor Don Francisco Saiz Sanz que, en las matemáticas, solo cabe la verdad; y en la política, ¡también! añade esta humilde pluma; porque, la moda de este gobierno, de mentir por costumbre, tomando por imbéciles a millones de españoles ignorantes y sumisos, mantenedores de la antaño denominada “inquebrantable adhesión” que, hogaño ha sido superada con generosidad por el sanchismo, gracias a la LOGSE, una ley socialista que convierte en filólogo al que sepa leer; y “Puto amo” al que, parafraseando a Corpus Varga, tengamos que decir: “Miente de noche y de día; miente a diestro y siniestro, miente a Santa María y mentirá, al Padre nuestro” . Porque estos Sres. se han olvidado de que el adjetivo “SINVERGÜENZA”, carece de género al ser neutro (deferencia para las víctimas de la LOGSE) – de veras que lo siento, pero en esa estupidez denominada lenguaje inclusivo no cabe “sinvergüenzo” por mucho que se empeñaran Doña Yolanda, Doña Ione o Doña Irene, felices promotoras de tal sandez - ; y, al ser neutro, se ha de aplicar a perpetuidad a quien con sus actos logra tal titulación; y en consecuencia, los sinvergüenzas del PSOE son de la misma alcurnia, prosapia y calaña que los del PP, maguer que estos señores pretendan lo contrario, cual es que, las chorizadas de la izquierda prescriban - ya se encarga de ello el TC – en cambio, los de la derecha, lo son ad perpetuam; y si el asunto vergonzoso y lamentable de Montoro, es actualidad, - como predica el sanchismo - necesaria e incuestionablemente, también lo han de ser toda la retahíla de los habidos, tanto en el PSOE y en el PP, que aquí no nos olvidamos de la Gürtel ni de otros más que ha habido pues, la charcutería del PSOE – por los chorizos, lo digo - es histórica. ¿Que la prensa pesebrera, estima lo contrario? pues allá ellos fieles a la célebre conseja de: “No muerdas a la mano que te da de comer”. Porque mire Vd. Doña Montse, en España hemos o habemos, muchos cuya garganta es tan angosta que no permite el paso de las ruedas de molino; y, en consecuencia, se las guarda Vd – dicho sea, con el debido respeto – para los muchos ovis hispanicus que se las creen. Porque, de las noticias diarias, hemos de deducir que, si eliminamos a los sinvergüenzas, ladrones, evasores, embusteros, putañeros, proxenetas, drogatas, falsificadores, puchereros y traidores; ¡Vamos! Corruptos en general y en el sentido amplio, muchos partidos políticos, se quedarían en cuadro; Y eso, no se arregla con el “Tú más”, ni por supuesto, ¡Con mentiras!