Tribuna

Javier SAoriano tRUJILLO

Coronel en la Reserva

El golpe socialista del 34

Este Golpe de Estado de octubre de 1934 fracasó en su intento de subvertir el orden constitucional republicano, dejando un reguero de sangre y destrucción: 1.325 muertos

El golpe socialista del 34 El golpe socialista del 34

El golpe socialista del 34

El 12 de abril de 1931 se celebraron en nuestra Nación unas elecciones municipales que derivaron en el abandono de la Jefatura del Estado por parte de Su Majestad el Rey Alfonso XIII y la toma del poder por un comité revolucionario republicano-socialista, que se había formado en octubre de 1930 tras la adhesión del PSOE al llamado Pacto de San Sebastián, acordado por todos los partidos republicanos. La República llegó así, simplemente porque el Rey se marchó. No hubo plebiscito para ello. El 14 de abril de 1931, el comité revolucionario republicano-socialista se constituyó en Gobierno Provisional de la República y nombró a Niceto Alcalá-Zamora como Presidente de este Gobierno Provisional y Jefe del Estado. A continuación, Alcalá-Zamora nombró Ministros de este Gobierno Provisional a los propios miembros del comité revolucionario.

Hasta el 28 de junio no se celebraron elecciones generales, cuya segunda vuelta se prolongó, por diversos motivos, entre el 19 de julio y el 8 de noviembre, y tuvieron como fin el elaborar una nueva Constitución. Los resultados electorales dieron el triunfo a la coalición Republicano-Socialista. La derecha quedó reducida a un papel testimonial. La nueva Constitución se aprobó el 9 de diciembre de ese mismo año.

La disolución de la coalición Republicana-Socialista dio lugar a las elecciones generales de noviembre de 1933. En estas elecciones ganó la coalición de derechas, pero el Gobierno lo asumió el bloque de Centro, que fue la tercera fuerza más votada. Y cuando aún no se había constituido el nuevo Gobierno de Centro, estalló en diciembre una insurrección anarquista, que fracasó. La entrada de la coalición de derechas (CEDA) en el gobierno en octubre de 1934, desencadenó lo que se conoce como la Revolución de octubre, que fue un golpe de estado contra un Gobierno legitimado por las urnas, de acuerdo a las propias leyes impulsadas por la izquierda republicana en la primera legislatura.

Pero este golpe de estado se empezó a fraguar en febrero de 1934, con la constitución de una alianza obrera impulsada por el PSOE, con la UGT, la CNT, el Bloque Obrero y Campesino (BOC) y el PCE, con el objetivo de acabar con el Gobierno conservador de la II República, democráticamente constituido tras las elecciones generales de 1933. A esta alianza obrera se le dio el nombre de Uníos Hermanos Proletarios (UHP). El instigador del movimiento fue Francisco Largo Caballero, secretario general de la UGT, y su director, Indalecio Prieto, líder del PSOE.

El día 4 de octubre de 1934, el sindicato UGT lanzó un llamamiento a toda la población para una huelga general revolucionaria, llamamiento no secundado por la CNT, salvo en Asturias. En Madrid, los huelguistas intentaron el asalto al Ministerio de la Gobernación, en la Puerta del Sol, aunque después de dos horas de disparos, desistieron. En el País Vasco, la UGT ocupó las zonas mineras e

industriales, manteniendo la situación revolucionaria hasta el 12 de Octubre, cuando el Ejército consiguió sofocar la rebelión. En Aragón, Andalucía y Extremadura, los campesinos no secundaron apenas el llamamiento revolucionario. En Cantabria, se desarrolló desde el día 5 al 16, centrándose en la zona industrial de la comarca de Besaya. En Cataluña, la Generalitat, presidida Lluís Companys, aprovechó el momento para proclamar el 6 de octubre el Estado catalán "dentro de la República federal española", aventura que terminó un día después por la actuación del Ejército.

Sin embargo, en Asturias, la Alianza Obrera formada por los dos grandes sindicatos UGT y CNT, tuvo éxito, y en tres días, buena parte de esta Región fue tomada por los mineros, organizándose un denominado Ejército Rojo, que llegó a alcanzar unos 30.000 efectivos, en su mayoría obreros y mineros. Finalmente, la actuación del Ejército, con el envío de Unidades militares del Ejército de África (Legión y Regulares), forzó la rendición de los rebeldes el 19 de Octubre. Este Golpe de Estado de octubre de 1934 fracasó en su intento de subvertir el orden constitucional republicano, dejando un reguero de sangre y destrucción: 1.325 muertos, 2.951 heridos, 935 edificios destruidos y 122.561 armas decomisadas. Lo que no importó para que 2 años después, el Gobierno frentepopulista indultara a los políticos condenados por incitarlo y dirigirlo.

A los 85 años de este hecho histórico, poco o nada se habla de ello, en un claro ejemplo de desmemoria histórica.

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