La tribuna

Ángel López Moya

Los hijos de Muley Hacén

Los hijos de Muley Hacén
Los hijos de Muley Hacén

04 de junio 2022 - 01:47

De Muley Hacén sabemos que fue el último rey que gobernó el reino de Granada en su totalidad, pues tras su abdicación quedó repartido entre su hijo Boabdil y su hermano El Zagal. A su muerte ocurrida en 1485, sus restos fueron enterrados en un lugar desconocido, que se ha convenido en situarlo en el pico del Mulhacén, por su nombre y porque en algún escrito dice que se le enterró en lo más alto de un cerro. No es mucho lo que sabemos, pero algo es algo.

Y de sus descendientes ¿qué sabemos? Empezaremos diciendo que Muley Hacén repudió a su mujer Aixa y se casó con la esclava cristiana Isabel de Solís, sin duda una gran belleza, quien tuvo que abrazar el islán y ponerse un nombre acorde con su posición, para no desentonar en palacio y eligió Zoraida, que traducimos directamente por Soraya, para entendernos. Los sultanes tuvieron dos hijos de nombres Saad ben Ali el mayor y el otro Nsar ben Ali. Eran aún muy pequeños cuando murió Muley Hacén (1485) y el futuro del reino nazarí de Granada era tan incierto e inseguro como el reinado de Witiza, así que Zoraida volvió al cristianismo (del que seguramente nunca se había apartado) y a llamarse Isabel y sus hijos fueron bautizados, cambiando sus nombres musulmanes por los de Fernando, o Hernando, de Granada el mayor y Juan de Granada el pequeño; naturalmente Fernando por el rey y Juan por su hijo Juan, pues ambos fueron sus respectivos padrinos. Los Reyes Católicos los ampararon y apoyaron en todo momento durante su niñez.

Fernando el Católico, no solamente fue un gran militar, sino también un gran político, y como príncipes que eran don Fernando y don Juan de Granada descendientes directos del emir Muley Hacén, los apartó del antiguo reino de Granada, enviándolos a tierras castellanas, porque la zona de La Alpujarra y aledaños seguía estando poblada de moriscos y el rey quiso evitar la tentación de que algún día, al frente de ellos o con apoyo exterior de los moros del norte de África o de los turcos, pudiesen levantarse contra la corona española. El rey don Fernando les dio un señorío en tierras de León y el castillo de Monleón y naturalmente les buscaron mujeres de la nobleza castellana para casarlos. Nunca más los príncipes Fernando y Juan volvieron por el sur y mucho menos por Granada acompañando a los reyes en los viajes que estos hicieron entre 1492 y 1501. Por eso dije antes que al rey don Fernando no se le ha hecho justicia, pues todas las medallas se las llevó la reina Isabel, quizá algo parecido a lo ocurrido con san José, que siempre ha estado en un segundo plano; naturalmente guardando las distancias.

Don Fernando contrajo matrimonio con doña María (o Mencía) de Sandoval y de la Vega, "hermosa hembra de Tordehumos". No tuvo descendencia y murió en 1512 antes de cumplir los 30 años. Fue enterrado en Valladolid en el monasterio de Nuestra

Señora del Prado, hoy sede de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León.

En cuanto a don Juan, contrajo matrimonio con doña Beatriz de Sandoval de cuyo matrimonio nacieron Juan, Jerónimo Bernardo y dos hembras: Isabel y Magdalena. Jerónimo tuvo dos hijos: Juan y Hernando; en cuanto a Isabel fue monja. Muerta Beatriz, don Juan se casó en segundas nupcias con María de Toledo y Monzón, de cuyo matrimonio nacieron Diego y Pedro y dos hijas de nombre María y Felipa, ambos tomaron los hábitos y fueron monjas. Volviendo a los hijos de Muley Hacén diremos que don Juan estuvo en Galicia como virrey y ostentó el cargo de Capitán General; en Valladolid tuvo casa solariega, próxima a la diputación. En cuanto a su hijo Diego eligió la carrera de las armas y participó en la batalla de San Quintín y después siendo capitán estuvo en Flandes. Pedro, el otro hijo, acabó con un cargo real en Las Indias. Solo queda decir que tanto los príncipes don Fernando y don Juan, así como sus descendientes siempre fueron leales a la corona española y en cuanto a la sinceridad de sus creencias religiosas, tres hijas de don Juan fueron monjas. Creo que el peligro de que algún descendiente de Muley Hacén reivindique la corona española ha prescrito. El verdadero peligro está ahora en Mojamed VI.

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