El monárquico himno de Riego
Con la derrota en América, perdimos el mercado del Río de la Plata y los intereses de cacao en Venezuela y Colombia
He de reconocer que la primera vez que asistí al acto de homenaje a "los coloraos" me sorprendió cuando al término del mismo se tocaron, entre otros himnos, el de la Marsellesa. Si tenemos en cuenta que cuando se produjeron los hechos de los "coloraos" aún estaban calientes los rescoldos de la guerra de la independencia, tiempo durante el cual nuestra nación fue ocupada por tropas francesas que vivieron a nuestra costa y que saquearon nuestro patrimonio nacional, que paralizaron nuestro comercio y que causaron unos porcentajes de mortandad y destrucción desconocidos hasta entonces, me es difícil entender que tenga que tocarse este himno militar francés, cuyo origen se remonta a 1792 durante la guerra franco-austriaca con el título de "Canto de guerra para el Ejército del Rin", y que incluso había quedado en el olvido en Francia en esa época, por mucho que ahora se le considere como un canto de libertad o revolución.
Tras la Marsellesa, el himno de Riego, a cuyo término algunos asistentes entre el público suelen gritar "¡Viva la República!", a la vez que enarbolan banderas republicanas, gritos que no me sorprenden puesto que en el imaginario colectivo es habitual relacionar este himno con República, pero debemos tener en cuenta que el himno de Riego es una marcha militar que surgió en 1820 a favor de la Monarquía constitucional, en una época de Monarquía absolutista, ya que el entonces Teniente Coronel Rafael del Riego se sublevó para forzar al Rey Fernando VII a jurar la Constitución de 1812, pero nunca para imponer una República. Hay que recordar que esta Constitución definía al Gobierno de la Nación española como una Monarquía moderada hereditaria.
Una sublevación que se produjo en un momento crítico en Hispanoamérica, donde los españoles y criollos realistas luchaban, prácticamente sin apoyo de la metrópoli, contra los criollos independentistas, que supieron aprovechar nuestra debilidad durante la guerra de Independencia.
Riego mandaba uno de los batallones que integraban el Cuerpo Expedicionario formado a finales de 1819 para su intervención en Hispanoamérica, y en un momento tan crítico para nuestra nación por lo que podía suponer la pérdida de gran parte de nuestros territorios americanos, Riego y la camarilla de liberales que le secundaron, plantearon a las tropas a sus órdenes la disyuntiva de seguirles en la sublevación o embarcar para América, triunfando al final la sublevación y favoreciendo con ello la victoria de los independentistas hispanoamericanos.
El historiador Melchor Fernández Almagro afirmó en su día que "Riego alimentó el descontento de sus soldados al decirles no sólo que iban a ser alejados de su patria en buques podridos, sino que alegó que lo iban a hacer para llevar una guerra injusta al nuevo mundo", por lo que cabe pensar que la sublevación triunfó más por el temor a la guerra americana que al "impulso arrollador" de las ideas constitucionales. El también historiador José Álvarez Junco ha llegado a afirmar que "Riego fue convertido en un héroe patrio por los liberales cuando desde el punto de vista de la razón del Estado, era reo de alta traición".
Con la derrota en América, perdimos fundamentalmente el mercado del Río de la Plata, los intereses de cacao en Venezuela y Colombia, y las minas de plata de Perú y Méjico, complicando y ralentizando con ello la recuperación de nuestra economía tras la desolación causada por la guerra de la Independencia.
La victoria de la sublevación dio paso al llamado trienio liberal, durante el cual, el 7 de abril de 1822, las Cortes decretaron que "se tendrá por marcha nacional de ordenanza la música militar del himno de Riego que entonaba la columna volante del Ejército de San Fernando mandada por este Caudillo", decreto que fue rubricado por el Rey Fernando VII el 9 de abril y publicado en la Gaceta de Madrid (el BOE de la época) el 14 de abril.
Por este decreto de 1822, el Himno de Riego fue oficialmente Himno nacional durante el trienio liberal, bajo una Monarquía constitucional. Pero nunca lo fue durante la 2ª República, al considerarse que este Himno "conmovió, más que a nosotros, a nuestros antepasados, y su letra, a mi juicio, no está tampoco del todo acorde, no es muy congruente con el momento político." (Diputado Simó Bofarull - Diario de Sesiones de las Cortes nº 95, 7 de enero de 1932). Es de suponer que con un origen militar y monárquico, a los republicanos les surgieran demasiadas dudas para declararlo himno nacional.
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