El omnibús y la apisonadora

La apisonadora del Gobierno lleva funcionando mucho tiempo y ya no compacta bien; en la estela que va dejando en su caminar, hace tiempo que se ven muchas rugosidades, baches y algún que otro socavón de cierta importancia. Esto obliga al Gobierno a caminar despacio y a ir salteando los obstáculos que aparecen cada día en el camino. Pero el Gobierno, que no es tonto, en vez de reparar la apisonadora, se ha gastado el dinero en comprar un ómnibus. Es un vehículo versátil, polivalente y silencioso que pasa desapercibido al desplazarse y que hasta hace unos días le había ido bien. Pero en esta última operación se ha pasado en la carga y el ómnibus ha descarrilado. La avaricia rompe el saco y en esta ocasión Sánchez se ha pasado de rosca poniendo de cebo una docena de decretos, en los que seguramente estamos de acuerdo la mayoría de los españoles; ha intentado dar salida a toda la fruta podrida, que tiene desde hace tiempo almacenada debajo del mostrador y no hay forma de venderla. Sánchez ya no decreta, sino que perpetra las mil y una formas de mantenerse en el poder, sin importarle en absoluto el precio.

Tras la derrota sufrida en el Parlamento con el decreto-ley ómnibus, ha saneado un poco el paquete, reduciendo las 80 medidas que figuraban en el primer intento de timo a 29. No obstante, después del fuerte varapalo recibido, el presidente Sánchez ha tenido la desvergüenza de decir a los medios de comunicación “que prácticamente se han aprobado todos los puntos presentados inicialmente”. Señor Sánchez: un suspenso también en matemáticas. Le han aprobado a Vd. exactamente 29 puntos de los 80 que presentó en el Congreso y que de una manera burda Vd. trató de colarnos descaradamente. Si Vd. cree que eso es mayoría está cometiendo un grave error. Ha sacado adelante exactamente el 36% de las propuestas. ¡Qué Vd. es economista ridiela! Que diría un maño.

Yo, que no soy malpensado habitualmente, daba por hecho que el ejecutivo ya había terminado de entregar el dinero, que en su día prometió con carácter de urgencia, a los afectados por el volcán de la Isla de La Palma y mira por dónde con esto del decreto-ley ómnibus, me entero que Sánchez no había cumplido su palabra, como es habitual, y vuelve a aprobarlo nuevamente. ¿Cómo quiere Vd. que los valencianos vayan a creerse sus promesas de ayuda para los afectados por la DANA, visto lo visto? ¿De qué se extraña cuando lo reciben en todas partes con gritos de traidor y de mentiroso? Incluso a garrotazos. Hace unos días nos ha dicho Vd. referido al menguado de la ley ómnibus, que no es lo mismo trocear que fraccionar. Sería conveniente y necesario que cuando tenga Vd. un rato libre nos explicara con más detalle la diferencia entre trocear y fraccionar, porque la mayoría de los españoles no vemos la diferencia; la RAE tampoco. Podría ponernos un ejemplo con una manzana o simplemente con un pan, donde pueda verse con claridad la diferencia entre un trozo de pan y una fracción de pan.

Decía Albert Einstein que el idiota grita, el inteligente opina, y el sabio calla. Totalmente de acuerdo y vigente. Por cierto Sra. Montero: no grite Vd. tanto cuando hable, porque si no la vamos a encasillar en el apartado uno. También decía Einstein que “No se puede acabar con el dominio de los tontos, porque son tantos, y sus votos cuentan tanto como los nuestros”; esta frase hace que me sienta triste, por la impotencia que siento de no poder luchar contra los elementos.

Reconozco la habilidad que ha tenido Sánchez para mantenerse en el poder, a pesar de no haber ganado las elecciones, aunque él se crea que sí. Lo dice con cierta frecuencia, por si cuela. España no es socialista, es conservadora. Ni Sánchez tampoco es socialista; simplemente es un dictador. Esto no es una opinión mía; sume los votos de PP, VOX, PNV y Junts y lo verá. ¿Vd. se creé de verdad Sr. Sánchez que PNV y Junts son partidos de izquierdas? Ambos partidos son dos sanguijuelas que le están sacando la sangre, cosa que a Vd. no le importa, porque sabe que la sangre no es suya, sino de todos los españoles. Permítame que le aconseje que lea a Julián Marías, quien dejó escrito: “No se debe intentar contentar a los que no se van a contentar”.

Última hora. Los sindicatos se han manifestado contra la oposición. España es diferente.