Ángel López Moya

Trías y el puerto de Almería

La tribuna

10861308 2025-02-12
Trías y el puerto de Almería

12 de febrero 2025 - 03:08

¡almería, Almería! Sol y cal / el verde de las chumberas y el latido del mar. Así cantó Celia Viñas a nuestra ciudad; y es que los almerienses no concebimos Almería sin sentir el latido del mar, sin oír el murmullo de sus olas y sin impregnarnos de su aroma a sal y azul. Por eso aplaudimos el acercamiento nuevamente del puerto a la ciudad.

Ya han empezado las obras que acercarán el Muelle de Levante y una parte importante del Andén de Costa a la ciudad en el plazo de poco más de un año. No es mucho pero es mejor que nada. Durante mi niñez todo el puerto formaba parte de la ciudad. Allí se celebraba la feria; allí se celebró un partido de baloncesto memorable entre una selección de almerienses contra otra de unos barcos de guerra americanos anclados en el puerto, eventos deportivos y desde luego era el final de los paseos vespertinos en las soleadas tardes del invierno.

Pero hoy quiero hablar del puerto que conocemos o mejor aún del que hemos conocido; porque el puerto está vivo y sigue transformándose continuamente, adaptándose a las nuevas necesidades derivadas del tráfico de pasajeros con Melilla y ciudades de Argelia y Marruecos; de aquel puerto poco queda ya o tal vez nada, porque hasta la Escalera Real desapareció. Durante los meses del otoño la actividad principal era el embarque de la uva de Almería, amontonándose en su Andén de Costa miles de barriles de la rica fruta, esperando turno para ser embarcados. También era normal ver los grandes montones de trigo a granel que se formaban en los andenes, bajo la techumbre de los cobertizos a los que llamábamos tinglados. Eran los años del hambre y el trigo, más que nunca, era la base de la alimentación.

Durante el siglo XIX hubo varios proyectos para construir un puerto en nuestra ciudad; la actividad minera, la uva y el esparto justificaban sobradamente su construcción. En 1883 el proyecto de Trías se hizo realidad, pero ya un año antes se empezó a preparar la cantera que hay antes de la entrada del túnel de Bayyana para su explotación y a colocar el tendido de la vía, para que pudiesen circular las vagonetas por ella, para llevar los bloques de piedra hasta el dique de poniente. El muelle de levante y andén de costa se planteó al principio a la altura de la calle Real, por la escasez de presupuesto, con lo que el puerto resultaba muy pequeño. Fue Navarro Rodrigo, ministro de Fomento en aquel momento, quien le encargó a Trías que redactase un nuevo proyecto en el que el puerto se ampliara al doble. Rodrigo Navarro, alicantino de nacimiento, fue posiblemente el hombre, que sin ser almeriense, más hizo por nuestra provincia.

Para la construcción del puerto se presentaron varios proyectos, eligiéndose el de Trías. José Trías Hernaiz nació en Madrid en 1842, aunque por su obra se le puede considerar almeriense de adopción. Fue Ingeniero de Caminos, número uno de su promoción y discípulo de Echegaray, que aunque éste sea más conocido como Premio Nobel de Literatura, también fue Ingeniero de Caminos y Matemático y siempre estuvo muy vinculado a nuestra ciudad.

Volviendo a Trías recordaremos que su primera obra en nuestra provincia fue la desviación del cauce del Río Grande (Río de Adra) En 1873 se le encargó la redacción del proyecto del ferrocarril de Almería a Linares, que sirvió de base para la construcción de esta línea. En 1878 fue nombrado director de las obras del Puerto de Almería. El Ayuntamiento le encargó el proyecto de traída y distribución de agua potable para abastecer la ciudad y construyó la carretera de Almería a Adra. El tramo del Cañarete fue una obra de gran dificultad, sobre todo teniendo en cuenta los medios con que contaban entonces. Al tramo de la Venta del Viso hasta el Ejido, a mediados del siglo pasado aún se le llamaba “Recta de Trías”.

Las obras del Muelle de Levante y Andén de Costa se iniciaron en 1889 y la novedad de este muelle es que se utilizaron por primera vez bloques de hormigón en su escollera, en vez de bloques de piedra, como era lo habitual.

Oficialmente en 1909 se acabó el puerto en su totalidad, aunque quedaron sueltos algunos flecos como suele ocurrir en las obras públicas, como fue el faro, que no se construyó hasta 1923. En 1941 por fin el ferrocarril llegó al puerto.

Ojalá que en 2025 el puerto nuevamente forme parte de nuestra ciudad.

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