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Adra se derrite con el fuego del Juergas Rock en su segunda jornada

  • Más de 5.000 personas disfrutaron de este segundo día del festival

Más de 5.000 personas asistieron a la segunda jornada.

Más de 5.000 personas asistieron a la segunda jornada. / D. A.

No hay sol que abrace tan fuerte como para callar a los miles de juerguistas que se han citado un año más en el municipio de Adra.

Después de la fiesta de bienvenida, el festival en su formato acústico tuvo como protagonistas del jueves a Blue Caravan y Té Canela, banda que repite en el Juergas y que cuenta con sus incodicionales llegados de los distintos puntos de nuestra geografía.

Posteriormente, y unos minutos antes de las seis de la tarde, No Potable abría bocas en el escenario mayor. La banda almanzorí a ritmo de ska desafiaba las altas temperaturas, mientras la gente continuaba llegando hasta Adra para vivir cuatro días a pura música.

A las 19 horas llegó el turno de Anier y su rima de diario adolescente que sirvió e contraste para una nueva actuación de Gatillazo. La banda liderada por Evaristo Páramos es la única que ha participado de las siete ediciones del Juergas Rock. Una fórmula que no falla y que todos los años forma parte del termómetro que sirve para medir la convocatoria. Gatillazo, a estas alturas, es la banda insignia del festival.

Llegó el turno de Berri Txarrak, que trajo el euskera al sur español y unos cuantos seguidores que acompañaron en ,los estribillos mientras se preparaba otra de las grandes convocatorias de la noche. La fiesta acababa de empezar y Boikot, puso el recinto patas arriba. El momento más álgido del encuentro, de mayor convocatoria, con el público hermanado en un gran pogo en medio del delirio colectivo. El espíritu del Juergas en su máxima expresión.

Luego tocó el turno de Hora Zulú, Talco, y el rojo rap de Sons of Aguirre & Scila, con seguridad los representantes del manifiesto comunista en su versión 2.0.

Mientras tanto, al municipio de Adra no paran de llegar visitantes. Preguntamos en un  garito del paseo marítimo y han pasado de tres a quince empleados. La señora del kiosco nos confiesa que el festival provoca que en sus dos puntos de venta, pasen de dos botelleros a seis. El Juergas es fiesta, diversión y también beneficios para una localidad que apuesta por el turismo cultural.

El alcalde, Manuel Cortés, y la concejal, Elisa Fernández, con las camisetas reivindicativas. El alcalde, Manuel Cortés, y la concejal, Elisa Fernández, con las camisetas reivindicativas.

El alcalde, Manuel Cortés, y la concejal, Elisa Fernández, con las camisetas reivindicativas. / D. A.

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