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La Alpujarra contra el voto de Santiago (6)

  • Vigencia. Tras un periodo de gran tensión en 1737 se firma un Concordato con la Santa Sede, aunque esta acepta que se grave al clero con nuevos impuestos, no cede a las aspiraciones regalistas

La Alpujarra contra el voto de Santiago (6)

La Alpujarra contra el voto de Santiago (6)

La recaudación del Voto de Santiago solía hacerse por medio de arrendadores, cuyas extorsiones aumentaban la impopularidad del impuesto. En determinados momentos del pleito varios de los testigos propuestos por los concejos de la Alpujarra consideran, y así lo hacen constar, que la Santa Iglesia compostelana era muy rica, a lo cual contribuía el Voto de Santiago, cuyo producto total anual a mediados del siglo XVIII ascendía a 1.775.000 reales de vellón. En Baza (Granada), año 1752, el montante del Voto de Santiago fue de 180 fanegas de trigo (precio 18 reales la fanega), 30 de cebada (8 reales) y 40 de centeno (12 reales). En el relato del Pleito se pone de manifiesto el deseo de la Iglesia de probar algo, mediante el testimonio de un texto muy antiguo y venerable, aunque la legitimidad del mismo se cuestionara, en este caso, por los concejos del partido de la Alpujarra.

Según Antonio Luis Cortés Peña, 1989, en el siglo XVIII: "Llega el momento de solucionar situaciones que se creían injustas. Son muchos los pleitos jurisdiccionales entablados entre autoridades civiles y eclesiásticas, muchos los pleitos de municipios contra comunidades religiosas por motivos económicos, muchos también los recursos de fuerza, muchas las quejas económicas sobre la actuación de los tribunales eclesiásticos romanos. A pesar del panorama, no cabe pensar en la existencia de toda una sociedad en pleno cambio de actitud religiosa. Nada más lejos de la realidad... Enlaza de este modo la política religiosa con un auténtico movimiento reformista dentro del catolicismo español tradicional."

Tras un periodo de gran tensión en 1737 se firma un Concordato con la Santa Sede, aunque esta acepta que se grave al clero con nuevos impuestos, no cede a las aspiraciones regalistas. El Voto de Santiago continuará vigente a lo largo de los tres cuartos de siglo siguientes.

El descontento, incluso enfrentamiento, ante el Voto de Santiago venía de tiempos atrás.

En el siglo XVII los puntos de fricción entre señores y vasallos eran muchos, los pleitos no se hicieron esperar por parte de importantes ciudades como Lucena, Priego, Baena y otras populosas villas cordobesas. Hubo, sin embargo, muchas localidades, en buena parte ricas y populosas, que no pleitearon con sus señores: estados de Osuna, Medina Sidonia. A este respecto es muy significativo el caso del señorío de Arcos, Marchena se envanecía de ser la corte de los duques de Arcos, que se constituyeron en barrera protectora de sus vasallos frente a las imposiciones fiscales del Estado, e incluso de la Iglesia, oponiéndose frontalmente al Voto de Santiago.

Para su "probanza" la Santa Iglesia de Santiago presentó 40 testigos: 21 vecinos del partido de la Alpujarra, 3 "taha de Marchena", l "estado de Torvizcón", 8 Granada, 3 ciudad de Málaga, l Cogollos, 3 Huejar Sierra; con edades comprendidas entre los 29 y 68 años; 2 son parientes de alcaldes, 6 arrendatarios, 3 depositarios de los efectos, 4 ejecutores y 4 factores del Voto de Santiago.

Manifiestan que éste se cobra a todos los labradores los cuales labran, siembran, y recolectan en el Reino de Granada y en todos los demás territorios de la "comprensión de esta Real Chancillería y Audiencia de Sevilla", sea con yuntas propias, alquiladas, prestadas, "o en otro cualquiera modo", aunque sean peujareros y mozos de soldada. Entre otros espacios se citan taha de Marchena, villa de Adra, Guadix, Baza, Motril, Granada y "su Vega y Sierra", Marquesado del Cenete.

Los testigos "saben que en todo el territorio que comprende esta Real Chancillería [de Granada] pagan el referido Voto los que labran y siembran a pala de azada o en otra forma, aunque los tales labradores no tienen yuntas algunas, ni prestadas ni alquiladas, porque se cobra indistintamente". Uno de los declarantes dice conocer el "haber pleito de seis a ocho años a esta parte con la ciudad de Jerez de la Frontera, el que se determinó a favor de la Santa Iglesia por sentencias de vista y revista".

Preguntados por el asunto responden: "Sí saben que si la renta del Voto no se pagase a la Santa Iglesia, por los que labran con yuntas prestadas, alquiladas o de gracia, se seguiría no sólo muy grave perjuicio, sino es fraude conocido a la contribución del dicho voto, pues para excusarse del hacerla las personas más acomodadas y de más caudal y labranza y aun el mayor número de labradores, cautelosamente se valdrían de alquilar yuntas o tomarlas prestadas, como con efecto lo hacen en el dicho Partido de Alpujarras los más ricos y acomodados y aun casi el mayor número de labradores.

29 testigos dicen la pregunta como se articula y los 25 de ellos afirman ser mucho más el número de los que labran con yuntas prestadas, o alquiladas.

Y el primero añade que sucede esto con exceso en las villas y lugares de más población, y especialmente en la de Ugíjar, que todos los más que siembran y tienen más labor, y son más acomodados hacen las sementeras con yuntas alquiladas, como lo ejecutan don Francisco de Córdoba, don Baltasar y don Melchor Salcedo, y otros que cogen crecidas cosechas.

El segundo dice que por haber estado a su cargo la recaudación del Voto del año de 1733 y 34 de las villas de Ohanes, Canjáyar y Bayárcal, experimentó que los labradores más acomodados no le pagaron el voto, por haber sembrado con yuntas ajenas, de que resulta el fraude.

El quinto [testigo dice] en cuanto a ser más acomodados los que labran con yunta ajena, haber pasado a la villa de Ugíjar con su yunta a hacer las labores de don Luis de Peralta, la del abad, y la del vicario, que pudieran mantener yunta.

El 12 dice que con el motivo de posar en su casa muchas personas, les ha oído decir repetidas veces que, a causa de pagar el Voto en aquel Partido [la Alpujarra] los de yuntas prestadas, son pocos los que la hacen con propias, y ha visto en el lugar de Murtas sujetos de bastante labor y conveniencias que hacen sus sementeras con seis u ocho yuntas, que estos pudieran mantenerlas.

El 16 dice que, por haber sido arrendador por tres veces de diferentes partidos de la Alpujarra, sabe que algunos labran más que los de yunta propia, como sucede en el Laujar que don Patricio Molina beneficiado, don Juan Calvache cura, don Francisco López presbítero, don Pedro de Toro, don Bernardo Gómez, don Juan Andrés y don Juan Simón, que tienen de las mejores labores y sementera la hacen con yuntas alquiladas, y que dos de ellos que tienen una cabalgadura cada uno no labran con ella.

El 19 [testigo] dice que algunos que tienen yunta propia y hacen los barbechos con ella, para sembrar se valen de yunta ajena. Todo lo cual sabe por tener conocimiento y haberlo visto en todos los más lugares del Partido, y oidolo a algunos vecinos.

El 21 expresa lo mismo, y que siendo arrendador se han excusado a pagarle y no ha podido cobrar, por haber hecho la sementera con yunta ajena.

El 29 añade que estuvo sirviendo en la villa de Berja a Baltasar Gutiérrez, que sembraba dos cahíces de trigo y cebada y mucho maíz; y todo lo hacía con yunta ajena, por lo que el testigo estaba disgustado y le decía que como comprara yunta continuaría en servirle, a lo que respondía le tenía más cuenta hacer las labores a obradas.

El 31 dice haber estado sirviendo once años en Ugíjar en la labor del campo, y experimentó lo hacían los más ricos y de más labor con yuntas prestadas, como eran don Basilio de Peralta, don Andrés Navarro, don Pedro Enciso y otros.

Y todos [los testigos] concluyen ser notorio el perjuicio de que labrando con yuntas ajenas no se pague el Voto".

Ilustraciones

F4.1 - Ohanes (J. A. Peña)

F4.2 y 3 - Bayárcal. Iglesia Parroquial (J. A. Peña)

F4.4 - Laujar. Catastro de Ensenada, mediados S.XVIII, A.H.P. de Almería (J. A. Peña)

F4.5 - Labrando con una yunta en Laujar (J. A. Peña)

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