Este miércoles 23 de noviembre ha fallecido Santiago Burgos López, con 63 años de edad, una persona “muy conocida y querida por todos los que tuvimos la gran suerte de conocerlo” en Antas, según ha manifestado el Ayuntamiento a través de sus redes sociales.

Santiago Burgos fue profesor del colegio El Argar durante más de 20 años —desde 1991, hasta el 2 de mayo de 2020, cuando se jubiló— siendo además su director durante una década. En el año 2013 se marchó a trabajar como educador sanitario en el Hospital La Inmaculada de Huércal Overa. Un trabajo muy hermoso pero, en ocasiones, muy duro. No solo daba clases a niños hospitalizados, sino que también tenía que acompañar a las familias en una situación muy delicada. Cinco años más tarde, en el 2018, volvió para reencontrarse con sus compañeros y niños del CEIP El Argar.

Don Santiago, como era conocido en Antas, era especialista en Historia, e impartió distintas materias y cursos a lo largo de los años, pero siempre inculcando en sus alumnos el amor por el aprendizaje. "Era un gran aficionado a las artes, cine, literatura, fotografía y pintura", señalaba el Ayuntamiento en 2020 cuando se le rindió homenaje por su jubilación.

En sus primeros años fue famoso por sus clases de dibujo y pintura, y sus alumnos le recuerdan como un maestro muy exigente. Organizó exposiciones de pintura y fotografía en el colegio que estimulaban el amor por el arte entre niños y mayores de todo el pueblo.

Santiago Burgos, en una foto compartida por el CEIP El Argar.

Destacan que también era conocido por ser un gran contador de historias, logrando con creatividad, despertar la curiosidad por aprender en los niños.

Su despedida como maestro estuvo marcada por la pandemia, pues se jubiló tras el confinamiento de 2020. "Por desgracia, el confinamiento no le dejó despedirse de sus alumnos y sus compañeros como él hubiera querido. Pero, aunque distinta, tuvo una bonita despedida. Sus compañeros le enviaron dibujos y mensajes preciosos, y a sus alumnos, él les grabó un emotivo vídeo de despedida, en el que les decía, entre otras cosas, que recordaran que es muy importante aprender, pero que "lo más importante que tenéis que aprender es a ser buenas personas, y yo estoy seguro de que lo conseguiréis”.

La muerte le ha llegado demasiado joven, con solo 63 años. En su jubilación quería dedicar tiempo a escribir esos relatos y aquella gran novela que nunca terminó, y hacer esas fotografías que le quedaban por tomar.

“Gran multitud de alumnos han pasado por sus clases y todos ellos guardarán en el recuerdo sus profundas enseñanzas”, destaca el Consistorio antuso. Añade que sus compañeros, amigos y alumnos lo recordarán siempre con cariño y le han dado un sentido pésame a toda su familia.