Ciudad e Ilustrísima por concesión de los Reyes Alfonso XII y XIII

Ni pueblo ni villa como es aludido en ocasiones de forma errónea. Berja es ciudad e ilustrisima. Está en posesión de este título y tratamiento por concesión del rey Alfonso XII desde 1876, en el primer caso, y por parte de Alfonso XIII, hijo de aquel, desde 1904, en la segunda de estas distinciones.

La concesión regia es la que une estas dos distinciones ambas documentadas. “En los albores de la Restauración, que coinciden con el inicio del reinado de Alfonso XII (1875- 1885), el monarca otorgó a distintas villas el título de ciudad. Asi, Alcira, Chiclana de la Frontera, Talavera de la Reina, Huelva, Vejer de la Frontera y Alcalá de los Gazules obtuvieron este honor a lo largo de la segunda mitad de 1876”, según refriere José Leonardo Ruiz Sánchez, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla, en un trabajo de investigación sobre el escudo municipal de Berja en el periodo comprendido entre los años de 1848 y 2002.

Berja logró la concesión de “Ciudad” de forma oficial, el 28 de noviembre de 1876. Es decir, que dentro de una semanas, cumplirá la friolera de 146 años ostentado este rango. Alfonso XII fue quien otorgó este título, «en consideración a la importancia que por el aumento de la población y desarrollo de su industria y comercio ha sabido alcanzar la villa de Berja, provincia de Almería”, según se recoge en el Decreto.

El tratamiento de “Ilustrisima, por su parte,” le fue concedido a Berja el 11 de octubre de 1904 “como una prueba de Mi Real aprecio a la villa de Berja, provincia de Almería, y teniendo en cuenta su aumento de población e importancia agrícola, industrial y comercial, así como su constante adhesión a la Monarquía Constitucional”, según señaló Alfonso XIII, hijo de Alfonso XII, en su Decreto de concesión.

Padre e hijo se refirieron a Berja como “Villa” pero según señala José Leonardo Ruíz Sánchez en su trabajo la razón del Decreto “es el tratamiento de llustrísimo a su municipio, no para determinar la condición de ciudad o villa”.

El alcalde de los virgitanos/as, de entonces, era Francisco Lupión Lupión, quien le comunicó a la Corporación Municipal reunida en Pleno la distinción regia. “Enterado el Ayuntamiento con extraordinaria complacencia de la honrosa distinción con que su Majestad el Rey (q.D.g.), con la expresada demostración de su aprecio, por unanimidad acordó consignar en la presente acta por vía de gratitud a semejante merced del Monarca, el sincero testimonio de la inquebrantable y leal adhesión con que esta ciudad reconoce tales demostraciones, y que se haga pública por mediode edictos y pregones la soberana disposición para que llegue a conocimiento de este vecindario siempre amante al régimen constitucional y agradecido a las bondades de nuestros Reyes» , según quedó recogido y plasmado el regocijo de los representantes municipales en el Libro de Actas de la Corporación Municipal.