El corazón de la Alpujarra almeriense, Dalías, está de luto por la muerte Amalia Lirola
Poniente
Una institución en el sector de la hostelería almerienses, fundadora hace más de medio siglo de una fonda con su nombre que ha acogido a personalidades del panorama nacional y ha recibido, por su buen hacer, el Premio Nacional al Mérito del Turismo hace más de 30 años
Desde que nacemos comienza la cuenta atrás. Vida y muerte siempre de la mano. Somos conscientes de que llegará, pero cuando lo hace, para quienes nos aman supone un dolor intenso y profundo. El mismo que se siente y respira ya en el corazón de la Alpujarra almeriense, Dalías, que llora la pérdida de la que, sin duda, con esfuerzo, cariño, trabajo y tesón se ha ganado durante décadas ser un icono del municipio y la provincia: la señora Amalia.
Amalia Lirola Rubio será siempre una institución en el sector de la hostelería almeriense. “Pregonera de nuestro pueblo y embajadora de todos los dalienses. Una mujer entrañable y querida por todos. Nos deja un importante legado de trabajo bien hecho y de cariño a su pueblo”, escribían en redes sociales desde el Ayuntamiento de Dalías, añadiendo además “el mismo cariño que todos expresamos a todos sus familiares y amigos. Descanse en Paz y que todos sus seres queridos reciban las condolencias de todos los dalienses”.
Casualmente, hace apenas unas semanas, Diario de Almería se trasladaba a la Fonda Amalia para conocer in situ los secretos de una de las pocas fondas que aún sobreviven en el país.
No pudimos abrazar a Amalia, lamentablemente. “Lleva un mes enferma”, nos explicaba Mari Carmen, una de sus hijas, ahora al frente de la Fonda, quien nos atendía para contarnos la historia de una mujer que, valga la redundancia, ha hecho historia en la provincia.
Dejó de estar al frente de su negocio familiar, el que construyó poco a poco, hace apenas unos años, con más de ocho décadas de vida. Una vida al servicio de su familia, vecinos, visitantes y todo aquel ansioso por degustar un buen puchero hervido a fuego lento con un ingrediente que eleva el sabor único de sus platos: el alma. Ahora, su legado continúa. Sus hijos lo mantienen vivo y la esencia de doña Amalia, tan querida por todos, permanece intacta más allá de sus pucheros; está impresa en cada palmo de la Fonda que con tanto esfuerzo y trabajo creó. Descanse en Paz, señora Amalia.
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