A finales del siglo XIX, Los Gallardos no era más que una treintena de casas bajas, algunas siquiera encaladas, en las que vivían unas 150 personas. Aquella cortijada perteneciente a Bédar se asentaba a los pies de la sierra, en el camino que llevaba a Vera. Así lo atestigua la primera fotografía del pueblo de la que se tiene constancia, tomada en 1876 con motivo de la inauguración del puente de la carretera nacional 340 que llevaba hasta Almería.

Hoy, sin embargo, la imagen es muy diferente. Aunque la N-340 sigue vertebrando la vida del pueblo, Los Gallardos ahora es un municipio independiente y próspero de algo más de 3.000 habitantes. La autovía del Mediterráneo (A-7) circunda sus casas y modernas infraestructuras como un pabellón de deportes y un espacio escénico dan muestra del crecimiento de un pueblo que este verano conmemorará su primer siglo de existencia.

Fue el 17 de agosto de 1924 cuando el rey Alfonso XIII firmó el Real Decreto que estipulaba la segregación de Los Gallardos de Bédar. Lo hacía en estos términos: “La porción del terreno municipal de Bédar, en la provincia de Almería, constituida por los terrenos pertenecientes a la barriada de Los Gallardos y a los pagos de Las Pastoras, Tejera, Almansa, Rambla de Hornos, Huerta de San Juan, Caparroses, Las Norias, Alfaix, Los López, Los Rodríguez, Las Llanos, Los Collados y Almocáizar formarán a partir de esta fecha un municipio independiente, cuya capitalidad radicará en la barriada de Los Gallardos”.

Real Decreto firmado por Alfonso XII, publicado en Gaceta de Madrid (21 de agosto de 1924)-

Daba así respuesta, y a instancias del dictador Miguel Primo de Rivera, a la petición de “numerosos vecinos” que reclamaban constituir un municipio independiente. En la exposición del Directorio Militar se hacía constar que Los Gallardos contaba por aquel entonces con “escuelas, comercio, industria floreciente y otros elementos que denotan una vida próspera, que ha de acrecentarse más aún accediendo a lo solicitado [a la segregación]”.

Esa vida próspera a la que se hace mención en 1924 se debía, en gran medida, al auge de la minería en las décadas anteriores, cuando en 1880 comenzaron a explotarse de forma intensiva las galerías de Bédar y Sierra Almagrera. Muchos de los mineros se asentaron con sus familias en la barriada de Los Gallardos, que vivió un importante crecimiento.

Al calor de la riqueza que propiciaban las explotaciones de cobre y hierro, la comarca vivió tiempos de bonanza. El ferrocarril viajaba cargado de mineral desde las mismas tripas de la montaña hasta la costa de Garrucha, pasando por Los Gallardos. De hecho, aún hoy quedan vestigios de esa línea de tren, serpenteando por los campos, y que el Ayuntamiento desea ver convertida en una vía verde.

Restos de la vía del ferrocarril que llevaba el mineral a la costa.

Apenas un mes después del Real Decreto, se constituía el Ayuntamiento de Los Gallardos, siendo alcalde Sebastián González Baraza. Fue el 15 de septiembre de 1924. El documento, escrito con impecable caligrafía y con la firma de todos los concejales de ese primer pleno, se conserva en un centenario libro de actas, de tapas rojas, fabricado en la Plaza Cajeros número 4 de Valencia. Figuran, junto al mencionado alcalde, los nombres de Andrés Flores Soler (primer teniente de alcalde), Francisco Crespo Mañas (segundo teniente de alcalde), Juan J. Llorente Clemente (suplente del primer teniente), Francisco Pérez Navarro (suplente del segundo teniente) y los ediles Martín Ruiz Caparrós, Andrés González Ramos, Juan Alonso Flores, Antonio Haro Martínez y Juan González Molina.

Entre los actos previstos para la celebración del primer centenario de Los Gallardos está la recreación de este pleno de constitución, con personajes caracterizados que darán vida a esos concejales, difundiendo así entre todos los vecinos lo sucedido hace un siglo. Pero, además, la historia del municipio quedará recogida en un libro que se está elaborando con la participación de todos los vecinos y de la mano del periodista gallardero Antonio Torres, exdirector de Canal Sur en Almería.

El alcalde, Francisco Reyes, muestra el acta de constitución del Ayuntamiento.

Un pueblo que se remonta a la Prehistoria

El origen de Los Gallardos se remonta mucho más de un siglo. Ya en la Prehistoria había asentamientos en diferentes zonas de lo que hoy es el municipio. Hay constancia de que en el Neolítico ya existían asentamientos en Los Collados, donde habitaron grupos pertenecientes a la conocida Cultura de Los Millares. El arqueólogo antuso Pedro Flores, ayudante de Luis Siret, excavó una tumba en este lugar a principios del siglo XX.

Bastantes siglos después, los romanos también llegaron a la zona, estableciendo una villa en Cadima, entre Los Gallardos y Turre. Con las obras del AVE, en 2013, florecieron restos de gran valor. Destacan las estructuras de unas termas y numerosos mosaicos.

Esparcidos por diferentes lugares quedan también rastros de la época andalusí, por ejemplo, el castillo almohade de Alfaix, del siglo XII, donde se hallaron trozos de cerámica estampillada con pavos reales; o el molino de la Cueva, construcción de sillares que aparece mencionada en textos de época moriscas; o el molino de la higuera, o la rambla medieval del río Jauto; y la noria de Rambla Hornos.

Muchos siglos después, ya poco antes de que Los Gallardos se convirtiera en municipio, eran muchos quienes viajaban hasta el lugar para disfrutar de los baños de Alfaix, donde las aguas de la fuente del Aneal, aguas calientes carbonatadas, cálcicas y ferruginosas, se utilizaban para la curación de enfermedades artríticas. Este balneario estuvo en uso hasta 1950, cuando sufrió daños por una riada.

Ruinas de los baños de Alfaix

Del siglo XX cabe destacar también la existencia de la fábrica de harinas San Diego, inaugurada en 1933 y que estivo en uso hasta la década de los 60. Fue uno de los molinos más importantes de la provincia.

Hoy en día, el municipio se ha convertido en un pueblo en expansión, donde los gallarderos de toda la vida conviven con británicos, latinos y árabes. La zona de mayor crecimiento es Huerta Nueva, una moderna urbanización donde muchos jóvenes de la comarca encuentran un lugar para vivir tranquilos, a un paso de la autovía y de las playas, pero con precios, por el momento, bastante más económicos que en los grandes pueblos cercanos.

Los Gallardos basa gran parte de su economía en el yeso de Sorbas.

Si hace un siglo eran las minas las que sostenían la economía local, hoy es el yeso de Sorbas, los servicios y el turismo de la zona, del que se beneficia también Los Gallardos, que cuenta con dos importantes campings.