Huércal Overa es el séptimo municipio de Almería en cuanto a número de explotaciones agrarias, con 807 explotaciones, por detrás El Egido ( 4.744); Níjar (1867); Almería capital (1197); Adra (1.009); Vícar (868) y Roquetas de Mar, con 865, según se recoge en el diagnóstico socio-económico 2020 del municipio.

Se calcula que por cada hectárea de producción trabajan 18 personas: 3 todo el año y 15 tres semanas, según estimaciones de Cooperativa Agrolevante. Si se pusiera en valor el 30% de las tierras abandonadas, el sector agrícola asumiría unos 350 puestos de trabajo más. El nivel de facturación es de 60 millones de euros en el municipio en este sector y la mayor parte de la producción se exporta a Rusia.

La mayoría de las explotaciones de Huércal-Overa son pequeñas explotaciones no superiores a las 20 hectáreas de cultivo, lo que supone un porcentaje sobre el total del 90,5%. Junto a las pequeñas fincas familiares hay grandes explotaciones.

La agricultura basada en las pequeñas explotaciones está atravesando un “momento difícil debido a la pérdida de rentabilidad”, según detallas este informe. A nivel local, la actividad económica principal de Huércal-Overa está asentada en el “sector primario, tanto en la agricultura como en la ganadería, y sobre todo, en la producción de porcino que sitúa a la localidad como el primer productor andaluz” destaca este trabajo de análisis y estadístico.

En Huércal-Overa, “se ha vivido muchos años de las instituciones, Seguridad Social, Hacienda, el Hospital,..., lo que hacía que fuera un municipio más enfocado al sector servicios, pero desde hace unos años se está volviendo la mirada al campo y a la empresa”, es otra de las conclusiones.

La localidad huercalense es la décima población almeriense en cuanto a superficie de explotación agrícola. No obstante, “ dada la climatología y orografía del terreno existen grandes zonas catalogadas como “zonas inundables” que se han abandonado para el cultivo”, recuerdan los redactores del informe.

El trabajo abunda sobre este tema y señala que “se está produciendo el abandono de pequeñas explotaciones que no son competitivas y que, una vez abandonadas, no se recuperan y la tendencia es el surgimiento de grandes empresas con contratación temporal de mano de obra barata y grandes comercializadoras que ubican los productos en mercados europeos”, valora.