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Mario Galera: " Hay que dar pasos cada año para apuntalar las tradiciones en Olula"

  • El edil de Festejos asegura que Olula del Río vive por igual a sus patrones l Los niños, a su juicio, han de conocer cómo son sus fiestas y tradiciones

Mario Galera es concejal de Juventud, Deportes y festejos de Olula desde 2011

Mario Galera es concejal de Juventud, Deportes y festejos de Olula desde 2011 / Diario

Mario Galera González es el concejal del Área de Deportes y Festejos del Ayuntamiento de Olula del Río desde 2011, cuando el Partido Popular se hizo con el gobierno municipal. Este ‘cebollero’, y “a mucha honra”, pone las luces cortas pendiente del día a día en las fiestas de San Sebastián y San Ildefonso, en enero, y en las del Carmen, la patrona, en septiembre. Pero activa también las luces largas para mirar al futuro y las cuatro placas de mármol que se han colocado este año en el recorrido histórico de los carretilleros son medidas que, a su juicio, contribuyen a “apuntalar la tradición”.

–Ayer fue el turno de San Ildefonso, con sus carretillas y roscos como en San Sebastián.–Los dos Santos se festejan con las mismas ganas y la misma ilusión. No hay diferencias en cuanto a sentimiento. Sí las hay en cuanto a afluencia de gente. Al ser un día laborable fuera de Olula, la presencia de público no es la misma a la de San Sebastián, que este año ha caído en domingo. Con todo, se acerca gente a la procesión desde otros pueblos cercanos, lo que habla del sentimiento que despiertan.

–San Sebastián caerá en lunes el 20 de enero de 2020.–Así es. Lo ideal es que las fiestas caigan en fin de semana. En los días laborables acuden menos gente de fuera porque hay que trabajar al día siguiente y no disfrutan de la misma manera cuando se quedan a comer. Pero así llevamos 450 años con el Patronazgo de San Sebastián y 351 con el de San Ildefonso.

–La edición de San Sebastián ha tenido un recuerdo muy especial para un vecino que lo está pasando mal. – La Peña San Sebastián y San Ildefonso desplegó una pancarta en la procesión del pasado domingo para recordar que Olula del Río está con Alvaro Carrión Torrente, un joven vecino cebollero que lleva meses retenido en Taiwán después de un triste suceso, y para demostrar que su pueblo le recuerda. Le dedicó la procesión, con la promesa de que vuelva pronto. La familia es conocida por todo el mundo de Olula que vive este caso con angustia y asustada por lo que está pasando. Hay conversaciones con la Embajada y las cosas, parece, que van avanzando hacia su solución, Álvaro lleva tiempo fuera de Olula y no pertenece a la Peña, pero los vecinos le recuerdan y están cerca de él.

–Roscos o carretillas, ¿cuál de estos elementos es el preferido de los vecinos ? –Las preferencias están por igual. Las carretillas son sólo para los valientes. El que vive las carretillas vive también los roscos. Pero la proporción es del 60% en favor de los carretillas y del 40% para los roscos entre aquello que salen a la carretillas.

–Las carretillas han traspasado siglos y sin apenas incidentes. –Siempre se dan pequeños chispazos y quemaduras, pero sin importancia. Ha habido alguna hospitalización por quemadura, pero muy pocos casos. Hay que ir bien vestido y protegido, con los bolsillos bien cerrados, porque las chispas se cuelan por los sitios más insospechados.

–¿Y qué hacen los vecinos con todos los roscos que cogen? –Una gran mayoría los congela y se los come. Se reparten entre la familias. Luego se comen con tomate, toda clase de embutidos o con Nocilla, y están igual de buenos. Yo recuerdo que cuando era pequeño me tiraba tres meses comiendo roscos. Los que se caen al suelo, la gente los coge para dar de comer a los animales.–¿A usted le molesta que le llamen ‘cebollero’?–En absoluto. Se nos conoce así, el apodo está aceptado y no es algo que nos ofenda, sino que nos llena de orgullo. A nuestros padres y antes a nuestros abuelos y bisabuelos les llamaban de esta forma y no les molestaba, y por qué ha de molestarnos a nosotros. El nombre viene de cuando se plantaban cebollas en los campos y ese era su modo de vida. Otras teorías dicen que el apodo nos los pusieron los de Macael.

–Hablando de pasado y promesa, Francisco cumplió con la suya y volvió a Olula.–Ofreció un gran concierto, de dos horas y poco de duración. La garganta le respetó, a pesar del frío y a la gente le gustó. En septiembre, la voz no le permitió cantar más que dos canciones y se comprometió entonces a volver.

–La novedad de esta edición ha sido la colocación de placas de mármol en el recorrido de los carretilleros.–La idea de la Peña está muy bien. Los niños deben saber cómo son sus fiestas y sus tradiciones. Y este es un pasito más para consolidar y apuntalar la tradición. El próximo año será otro.

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