El periodista Norberto López viaja a la Alhama de su infancia para abrir las fiestas
ALPUJARRA
El redactor de Diario de Almería pronunció un emocionante pregón cargado de recuerdos
Hizo las maletas hace ya más de dos décadas, dejando Alhama, su pueblo, y sus raíces para perseguir el sueño de convertirse en periodista. Este jueves regresó a casa, como el hijo pródigo, para recibir el reconocimiento y cariño de sus vecinos con el inmenso honor de ser el pregonero de las fiestas. El periodista de Diario de Almería Norberto López Amate fue el encargado de abrir los festejos en honor a San Nicolás de Bari y la Inmaculada Concepción.
Para Norberto López “Alhama de Almería siempre ha sido un faro con el que guiarme en mi andadura vital por el arraigo emocional con tantas y tantas personas a las que quiero y admiro”. Y aunque reconoce que “en la actualidad no la visito todas las veces que me gustaría, este pequeño y mágico rincón de la Alpujarra siempre va en mi mente y en mi corazón. Porque aquí viví los mejores años de mi vida, aquellos en los que el tiempo era eterno y la felicidad se medía en las risas y juegos con los amigos de verdad”.
Durante su discurso, el periodista alhameño rememoró su infancia, “por esas estrechas y pintorescas calles del casco antiguo de Alhama, concretamente en la calle Ronda número nueve” donde dio sus primeros pasos de la mano de sus padres Norberto y Loli y creció “jugando a las canicas, los trompos y los clicks con mis vecinos los hermanos Stringher”. Una infancia maravillosa, asegura, “en la que crecí bajo las faldas de mi madre en la zapatería, jugando también con mi amiga Leticia, la hija de Miguel Navarro, mientras soñábamos con ser astronautas para descubrir otros mundos”.
Pero pronto perdió la vocación espacial y supo que lo suyo era contar las noticias y no protagonizarlas. “Tuve claro desde niño que quería ejercer el Periodismo y le contaba a mi hermana Violeta las noticias emulando a Matías Prats con un micrófono improvisado”. Ahora, desde este medio “siempre que puedo informo a todos los almerienses de todo lo que sucede en mi localidad natal con una dosis extra de cariño”.
En el relato de su infancia y juventud, Norberto López no olvidó “esas caminatas por el Pago buscando caracoles cuando llovía en otoño y en invierno, las excursiones al Moralillo con todos mis primos Amate y la aventura de bajar desde el pueblo a la ermita de la Virgen del Río para disfrutar de su verbena por la noche y de la fiesta entre cañas con los amigos”.
Recordó su paso por el colegio Inmaculada Concepción, con especial mención a doña María Teresa, su maestra favorita, “con la que aún me abrazo de forma efusiva y que sigue tirándome de los mofletes cada vez que nos vemos”. Sus años en el instituto Cerro Milano, los besos furtivos en la Disco Piscina o los primeros flirteos en los sofás de la parte de debajo de El Emigrante, o su paso por la Agrupación Musical San Nicolás de Bari “en la que entré siendo un niño con un saxofón alto casi más grande que yo”. En definitiva, “las andanzas de toda una generación que creció de manera sana cuando todavía lo de hacer botellón no estaba de moda y sí quedar en el Parque Rosalía o en la Cascada durante las frescas noches de verano”.
La tierra de Nicolás Salmerón aún resiste al éxodo
Como no podía ser de otra forma, en el pregón no faltó la mención al más ilustre de los alhameños, Nicolás Salmerón, “un referente con el que siempre he presumido a la hora de apuntar mi procedencia”. López señaló “el esfuerzo, sacrificio, profesionalidad y tesón de sus vecinos” que convierten al municipio en “símbolo de progreso”. Alabó también su resistencia al éxodo que sufre el interior de la provincia, pues “Alhama puede presumir de ser la capital del Medio Andarax y de ofrecer todos los servicios necesarios para que emigrar nunca sea una opción prioritaria”.
No hay comentarios