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El juego de las Ollas pone punto y final a los festejos a los patrones de Fiñana

  • Multitud de niños y adultos participaron en la tarde de ayer en la tradición de romper vasijas de barro a lomos de un burro

La fiesta de las Ollas congrega cada año a más gente La fiesta de las Ollas congrega cada año a más gente

La fiesta de las Ollas congrega cada año a más gente

El municipio de Fiñana cerró ayer sus fiestas de San Antón y San Sebastián con el juego de las Ollas. Una tradición que rescató hace algo más de una década la Asociación Deportiva-Cultural Jaram XXI y que consiste en romper vasijas de barro colgadas con sogas a lomos de un burro.

Como toda costumbre, el juego ha sufrido modificaciones a lo largo de los años y ahora ya no caen animales de las tinajas colocadas y que hay que romper con atino a lomos de un burro, sino que se entregan a posteriori. Todo ello para que el animal (por lo general conejos y gallinas) no sufra. Eso sí, el arrojo de harina al público -y a los participantes- no falta y de ahí que se sucedan las estampidas para evitar ser manchados.

De esta forma, a las cuatro de la tarde, los organizadores, la citada Asociación JARAM XXI, colocaban la soga de la que colgaban vasijas de barro con diferentes formas que esperaban ser rotas por los participantes. En primer lugar jugaron los más pequeños. Y luego los adultos. Todos, eso sí, se subieron a lomos del borrico desde el que todos se afanaron en romper las vasijas, que al final acabaron hechas añicos.

Una tradición que cada año congrega a más vecinos y visitantes porque, pese a tener grandes similitudes con las piñatas, cuenta con ese toque especial que la hace única.

No en vano, muchos vecinos que han vivido intensamente la procesión de San Sebastián hasta amanecer deciden no pasar por sus casas para descansar y dormir y disfrutar así de un evento que divierte tanto a los niños como a los adultos.

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