Un año más los abderitanos y abderitanas no han querido fallar a su cita con el tradicional desgranijo de San Marcos, una actividad con la que se pretende perpetuar esta costumbre, transmitiéndola de generación en generación y que ha tenido lugar junto al Molino del Lugar. De hecho, muchos fueron los niños y niñas que no quisieron perderse esta actividad intergeneracional.

En esta jornada, además del desgranijo de mazorcas de maiz, también se han podido degustar buñuelos con chocolate, se han organizado juegos tradicionales para niños y se ha realizado una exhibición participativa de baile tradicional alpujarreño. También ha permanecido abierto al público el Mulino del Lugar, con su colección permanente 'Adra, la andaluza ceres', que cuenta el ciclo del cereal.

El desgranijo de este año, organizado desde la Hermandad de San Marcos con la colaboración del Ayuntamiento de Adra, se ha podido desarrollar en un entorno renovado, gracias a los recientes trabajos realizados en esta zona y que han consistido en la transformación del muro anexo al molino, que ha pasado de ser un muro en ruinas a un gran mural con la cronología histórica del municipio, así como los trabajos de embellecimiento realizados en este entorno.

Hay pocos sabores que gusten más que el de unas buenas palomitas de maíz. Y si encima de poder catar unos sabrosos "tostones" se ayuda a preservar el legado histórico y cultural de nuestros pueblos, mejor que mejor. Eso es precisamente lo que persigue la Hermandad de San Marcos de Adra con el 'desgranijo', que pretende mantener viva la tradición de desgranar mazorcas para moler posteriormente y convertir en harina con la finalidad de alimentar al ganado y proporcionar alimento para las familias en tiempos pasados. Esta peculiar fiesta, celebrada el pasado sábado junto al Molino del Lugar, cumple este año su vigésimo quinto aniversario y, lejos de mostrar signos de agotamiento o fatiga, demuestra edición tras edición una fuerza cada vez mayor. De ello dan fe las más de cien personas que asistieron y participaron activamente en el 'desgranijo', una cita que se ha convertido imprescindible en el otoño abderitano.