Don José con la banda de Alhama en sus inicios en el verano del 84.

José Ibáñez Salvador es todo un referente para centenares de músicos que durante dos décadas estuvieron bajo la orden de su batuta en la Asociación Cultural San Nicolás de Bari. Ahora quieren rendirle un merecido homenaje para demostrarle todo su afecto y cariño en un momento en el que su estado de salud se ha recrudecido.

“Hemos decidido realizarle un homenaje que honre la labor musical realizada durante tantos años con los niños y jóvenes de Alhama”, explica a este periódico Guillermo Artés, presidente de la Asociación Cultural y uno de los organizadores del evento, que a través de un grupo de Whatsapp está reuniendo a cerca de un centenar de músicos, muchos de ellos ya retirados, para preparar un concierto que tendrá lugar el 16 de marzo.

La inmensa mayoría ha aceptado volver a desempolvar sus instrumentos para volver a tocar piezas como Camino de Rosas y Barcarola en unos ensayos que dieron comienzo hace dos semanas y que se alargarán hasta mediados de marzo.

Don José, exdirector de la banda de Alhama

Música cargada de simbolismo y sentimientos para honrar a un músico nacido en Rágol hace ahora 78 años y que fue el artífice con su esfuerzo personal de recuperar una de las tradiciones más queridas en Alhama como era la música y revitalizar así sus fiestas patronales.

De su mano, 32 niños de la localidad comenzaron en enero del año 1982 sus clases de solfeo, ofreciendo su primera actuación en público el día de Navidad de 1983, en la iglesia parroquial. Meses después ese grupo se estrenaría en la Semana Santa desfilando por primera vez por las calles de Alhama de Almería el Jueves y el Viernes Santo.

Ibáñez comenzó así su andadura con una banda juvenil (bautizada así porque presentaba la media de edad más joven de las agrupaciones de toda la provincia) y con la cual “llevó el buen nombre de Alhama por gran parte de la geografía provincial, participando desde su inicio en todos los certámenes de bandas en Níjar (1995), así como fuera de nuestra provincia, con actuaciones en Guadix y Benalúa e incluso en Torrevieja y Madrid, con motivo del homenaje que se le realizó a nuestro ilustre paisano, Nicolás Salmerón”, explica Artés.

El alcalde de Alhama, Cristóbal Rodríguez, le entregó una placa homenaje el día que se retiró.

Una labor de dirección que también compaginó durante más de dos décadas con la enseñanza musical de solfeo y el manejo de los instrumentos musicales entre centenares de niños de la localidad, entre los que se incluye el que suscribe estas líneas. Su férreo carácter, disciplina y gran corazón han marcado a toda una generación que comenzó a saber discernir qué era un bemol, una fusa y una redonda. Los mismos que ahora quieren homenajearle para agradecerle su pasión por la música que siempre ha transmitido de manera cristalina y visceral hasta el mismo día que decidió retirarse para dar paso a la savia nueva.

Méritos que han llevado también de forma paralela a la Asociación Cultural San Nicolás de Bari a solicitar al Ayuntamiento de la localidad que se le distinga como Hijo Adoptivo. Una medida que la Corporación aprobó en pleno el pasado viernes 8 de febrero por unanimidad. “Es un honor más que merecido por su aporte decisivo a la cultura musical de nuestro municipio”, apunta Guillermo Artés en el escrito remitido al Consistorio alhameño para su aprobación.

En la memoria de todos los que ahora quieren rendirle un cálido tributo, debido a su delicado estado de salud, está aquel bombardino de cuatro cilindros que manejaba a la perfección, como si se tratase de una parte más de su cuerpo, labrado en la tierra tras maratonianas jornadas en las vegas de su Rágol natal. Músico de nacimiento, de convicción y de tesón, Don José, como siempre se le ha conocido en Alhama de Almería, se ha ganado el cariño y respeto de un pueblo que gracias a él pudo componer una banda sonora con la que agasajar a San Nicolás de Bari y a la Inmaculada Concepción, sus patrones. Gracias maestro.