El botón rojo de la vida

La Diputación Provincial ayuda cada día a combatir la soledad a cerca de 1.500 mayores de la provincia a través de la Teleasistencia, un servicio telefónico que se activa a través de un colgante que portan los usuarios

Encarna junto a su hija Encarna -a la derecha-, Eva Moreno, María Luz del Nogal y Sandra Tornero en el patio de su casa en Huércal de Almería.
Encarna junto a su hija Encarna -a la derecha-, Eva Moreno, María Luz del Nogal y Sandra Tornero en el patio de su casa en Huércal de Almería.
Norberto López / Huércal De Almería

21 de mayo 2010 - 01:00

Encarna Moreno tiene 75 años y afirma con la espontaneidad que le caracteriza que "ni los propios hijos se preocupan tanto como las personas del servicio de Teleasistencia". Esta vecina de Huércal de Almería es una de las 1.496 personas que reciben de forma gratuita atención y asistencia telefónica ante cualquier urgencia las 24 horas del día por parte de una empresa privada -Sergesa- bajo el auspicio del área de Servicios Sociales de la Diputación Provincial de Almería .

Este servicio, que lleva funcionando en Almería desde diciembre de 1997 -momento en el que la Diputación y el Ayuntamiento de Roquetas de Mar se adhirieron al convenio suscrito entre el IMSERSO y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP)-, ha cambiado la vida de Encarna.

Su funcionamiento es sencillo pero las utilidades que se generan del mismo son prácticamente infinitas. Cada vez que Encarna tiene un problema derivado de su estado de salud, se encuentra con bajo estado de ánimo o simplemente necesita conversar un poco para dar capotazo a su soledad, pulsa el botón rojo de un colgante que porta en su cuello.

En ese momento se activa una llamada telefónica que le pone en contacto con el Centro de Atención de Sergesa en Granada sin necesidad de utilizar el teléfono al contar con un aparato de manos libres, que en el caso de Encarna, se encuentra ubicado en el salón de su casa.

"Estoy mucho más tranquila desde que tengo este servicio", explica Encarna. Ella lo conoció un día hace cinco años viendo la televisión, y con la ayuda de su hija, también Encarna, decidió pedir información. "Cuando nos dijeron que eran gratuito y todas sus características pensé que no podía ser tan maravilloso. Aquí pasa algo, hay gato encerrado. Pero tras probarlo estoy encantado con el servicio", señala Encarna hija.

Y es que, en el momento en el que el beneficiario pulsa el botón rojo, "si éste no responde se activa un procedimiento de urgencia en el que la teleoperadora avisa a los familiares a la vez que a los servicios sanitarios ante el presumible empeoramiento del estado de salud de la persona", afirma María Luz del Nogal, directora del centro comarcal de Servicios Sociales Comunitarios de la Diputación de Almería, está ubicado en el municipio de Benahadux.

Y aunque Encarna nunca ha tenido por ahora una urgencia, cuenta entre risas que más de una vez ha pulsado el botón sin querer. "Cuando voy a hacer café y cojo la cafetera le he dado al botón y he tenido que pedirles perdón a la teleoperadora", afirma.

Para estar al otro lado del teléfono y crear ese vínculo con la persona mayor, los teleoperadores que trabajan en Sergesa "son gente muy cualificada y preparada. Son psicólogos, trabajadores sociales que tienen un perfil muy empático y formación sociosanitaria", explica la coordinadora provincial de esta empresa en Almería, Sandra Tornero.

Pero Encarna no sólo recibe atención a través del teléfono. Dos veces al año tiene la visita de Eva Serrano, la coordinadora de Sergesa en el Bajo Andarax. "Realizamos un informe de seguimiento y modificamos y actualizamos los datos de los familiares y vecinos y sus teléfonos móviles si hay algún cambio", dice Eva, que comenta que el perfil del beneficiario de teleasistencia en Almería responde a una mujer mayor de 80 años de edad que vive sola y tiene una autonomía media.

Como Eva, en Almería trabajan 9 coordinadores repartidos por todas las comarcas. Además de las visitas fijas, se encargan también de, cuando así lo solicitan los usuarios, de llevar a cabo encuentros para darles respuesta a las demandas de información que precisan.

Los requisitos para optar a este servicio gratuito pasan por ser personas mayores de 65 años o que tengan algún tipo de discapacidad que provoque una situación de riesgo psico-social o físico; no padecer trastornos mentales graves, incluidas las demencias seniles; no padecer deficiencias importantes de audición o expresión oral; o no disponer en su domicilio de línea telefónica y de suministro eléctrico.

Con estas premisas, en la actualidad en la provincia hay ya lista de espera. "Hace cinco años no teníamos, pero con la llegada de la Ley de la Dependencia se han intensificado las peticiones", apunta María Luz del Nogal, que destaca que "en muy pocos casos hemos denegado una solicitud".

"Son gente muy cariñosa y agradable", replica Encarna durante la conversación con Diario de Almería. "Algunas veces me he puesto un poco tonta y me llaman y me animan y me dan fuerza. El primer año que me llamaron para felicitarme por mi cumpleaños, me puse a llorar", comenta esta vecina huercalense mientras atusa con su mano a su sombra, su perra Laila, un Labrador con cinco años que la acompaña mientras cuida de las rosas de su jardín o combate contra el reloj mientras espera a su hija que vuelva del trabajo o su nieto, Pablo, del instituto.

El caso de Encarna demuestra que el servicio de Teleasistencia es totalmente compatible con personas que no viven solas. "Su función y para el que se creó hace más de una década es a nivel preventivo", señala Sandra Tornero. De hecho, cuenta que esa función incluso se ha extrapolado al de la seguridad en su sentido más estricto. "Una usuaria una noche escuchó ruidos en la casa. Pulsó el botón rojo y se activo la llamada desde la central y la persona que en ese momento había irrumpido en la casa para robar huyó rápidamente al escuchar la voz de la teleoperadora, ya que con el manos libres, se escucha prácticamente en toda la vivienda".

El servicio también funciona como una agenda que sirve de complemento a las limitaciones de la memoria impuestas por el paso de los años de los usuarios. "Me llaman cuando tengo que tomarme un medicamento o tengo que ir al médico. Y si tengo un problema en la casa con el agua, la luz o cualquier otra cosa también me ayudan", espeta Encarna.

El año pasado, el 26% de las llamadas gestionadas por la central en Granada de Sergesa buscaban conversación y sólo un 3% eran incidencias reales por caídas, desvanecimientos o problemas de salud. Cifras que avalan los buenos resultados de este servicio y que se refrendan en los gestos de alegría y gratitud de Encarna.

stats