Hay una élite intelectual y política que pocas veces se deja ver. Acceder a ellos es un logro al alcance de pocos. Surcar el océano Atlántico en su compañía, misión imposible.

La suerte de unos pocos ha estado al alcance de un profesor de Vera, Juan Jesús Oliver, que acaba de desembarcar del Juan Sebastián Elcano.

En la galería de su móvil cuenta con fotografías junto a la directora del CNI, la embajadora de España en Portugal o el director de Navantia.

Oliver llegó allí gracias a un premio, el Virgen del Carmen de la Armada. El profesor le ofreció la actividad a sus alumnos, que la aceptaron encantados. “El premio era una travesía de cinco días”, explica.

Junto a su alumno Santi Parra, de segundo de Bachillerato, ha navegado de Marín (Pontevedra) hasta Cádiz. El trabajo de investigación de Parra sobre el patrimonio subacuático les hizo disfrutar de la experiencia. “No es algo que se pueda hacer sin tanta suerte como tuvimos”, afirma orgulloso.

Oliver y Parra con Esperanza Peleteiro, directora del CNI

La lista de espera de las personas que quieren realizar la travesía se multiplica por años. “Puedes solicitar embarcar pero tardan doce años en darte el viaje”, asegura. Su espera fue más corta. El verano cambió de rumbo de un día para otro. “Nos enteramos a finales de junio”, explica.

El viaje es otra manera de aprender, lejos de los libros de texto que utiliza en sus clases del I.E.S. Alyanub. “El aprendizaje es mayor que en los libros”, recalca.

El 17 de julio comenzó la aventura. “El barco llegó a Marín, desembarcaron los Guardiamarina y embarcamos nosotros”, recuerda. En el puerto no estaban solos. La directora del CNI, Esperanza Peleteiro; la diputada del PSOE, Begoña Nasarre; la embajadora de España en Portugal, Marta Betanzos; o el director de la Oficina del Español en Madrid, Toni Cantó; figuraban en la lista de invitados a la travesía, que tuvo una vertiente formativa pero también lúdica.

“El momento que no se me olvidará es cuando paran el barco y nos podemos dar un chapuzón”, explica, afirmando que el nado tuvo lugar entre Rota y Cádiz, casi llegados a destino.

Oliver con el timón del Elcano

Para Oliver, la del Juan Sebastián Elcano no es su primera experiencia a bordo. Antes, tuvo la oportunidad de pasar un mes junto a la tripulación del Galeón de Andalucía. “Estuve un mes haciendo un voluntariado”, asegura.

En Elcano lo ha aprendido todo. “Nos enseñaron desde prácticas de navegación hasta lanzar bengalas”, explica con un gran recuerdo de todas las lecciones aprendidas en cinco intensos días.

Almería, pese a no formar parte de la ruta escogida, también estuvo presente en la travesía. “Le regalamos un indalo de mármol al comandante”, dice con orgullo, llevando las insignias de su provincia por el resto de España.

Oliver hace entrega del indalo de mármol

“Lo mejor ha sido todo, sentirte como un Guardiamarina más”, afirma feliz, con la experiencia aún reciente. El único punto negativo de la experiencia ha sido dormir. “Las camas eran enanas, parecían un nicho”, recuerda sobre su vida a bordo.

Un mal rato que no frena las ganas de repetir. “Es la primera vez que nos presentamos”, recalca, demostrando su buena suerte a la hora de ganar el premio.

La experiencia llegará a las nuevas generaciones. “El año que viene nos presentamos, eso seguro”, afirma sin dejar lugar a la duda. Ya no será en su instituto de Vera donde ha dado clases de Geografía e Historia. Vuelve a casa, regresa a su Vélez-Rubio natal, donde seguirá contagiando su pasión por la mar, esa que le ha llevado a surcar la península.