El pequeño municipio de Bacares ha vuelto a acoger la tradicional Fiesta del Romero que ha congregado a centenares de devotos de la Virgen de la Candelaria. Un cocido de trigo con hinojos, cocinado lentamente en fuego de leña a la vista de todos y servido en cuenco de barro, ha sido el atractivo que ha llevado a muchos vecinos de la comarca del Almanzora, y de otras partes de la provincia, a visitar la localidad para este festejo tan arraigado y que ha contado con unas temperaturas primaverales que han propiciado una mayor participación.

La Fiesta del Romero es una celebración local en honor a la virgen de la Candelaria, pero también una fecha para ensalzar el reencuentro entre los lugareños y los paisanos afincados en Cataluña, que regresan a la tierra que los vio nacer y la que un día se vieron obligados a abandonar en busca de trabajo, especialmente tras el cierre de las minas.

Destacable es la presencia también de multitud de almerienses que viajan todos los años hasta este pueblo de la Sierra de los Filabres para participar en su fiesta popular y en estos días de armonía, hermandad y convivencia de la que ya se sienten partícipes muchos de ellos.

Una ofrenda floral al patrón de la villa, el Santo Cristo del Bosque, precedió a una misa el sábado por la mañana, tras el tradicional desayuno a base de dulces típicos elaborados por las mujeres del municipio. Roscos fritos, torta de chicharrones y otras delicias para agradecer a los romeros su presencia en esta fiesta. Además, para amenizar la tarde de este domingo, la Plaza Filabres ha sido el escenario para la actuación del grupo Sabor a Menta.