La clara inspiración británica del cementerio municipal de Mojácar
Destacados y curiosos ciudadanos ingleses descansan en el camposanto de San Agustín
La festividad de Todos los Santos se celebra este miércoles y los ayuntamientos ultima los trabajo de mantenimiento y mejora de las instalaciones de sus cementerios para que presenten el mejor estado para esta tan señalada fecha. Y el de Mojácar no es una excepción.
El Cementerio de San Agustín se trasladó en 1921 desde su anterior emplazamiento, en la zona de la Fuensanta, hasta la Era del Lugar, donde se ubica. Dispone de una superficie de 11.770 metros cuadrados, distribuidos en módulos, con calles de piedra y jardinería. Respeta la fisonomía característica del antiguo cementerio mojaquero que, a diferencia de otros modelos arquitectónicos funerarios, es de planta cuadrada, ajardinada en las zonas centrales, y parques de arbolado.
El camposanto local alberga el enterramiento de un elevado número de extranjeros que eligieron Mojácar para disfrutar en la década de la década de los 60. Las lápidas, aunque sencillas, presentan importantes curiosidades en formas de iconografías no religiosas o frases alusivas a la época vivida en aquellos años dorados. La lista incluye nombres como Frederick Mooney. Win Wells, Henry Higgins, Paul Beckett o William Napier.
Fritz fue un prodigioso pintor neoyorquino que, de pequeño, vivió en Hawaii, hippie y anárquico, médico y delineante, que estuvo en la Guerra de Corea como boina verde y llegó al grado de teniente. Vivió en Camboya y Tailandia. Win Wells fue famoso dramaturgo que se estableció a en Mojácar durante muchos años y, constituyó su propio teatro. Fue autor de obras como ”Gertrude Stein y un Compañero”, estrenada en Mojácar.
El Mariscal de aviación Purcell, héroe de la segunda guerra Mundial, fue otro personaje inimitable que convivió en los míticos años 60 de Mojácar como la irlandesa Kate , quien reconocía haber sido pieza clave de la M.I. 5 ( servicio de espionaje británico) y de haberse lanzado en paracaídas en repetidas ocasiones en misiones peligrosas.
El cementerio de Mojácar, tan variopinto como multiétnico, alberga los restos mortales de Mike (Solo) Connolly, líder del grupo británico “Flying Vultures” y también descansa en paz William ‘Bill’ Nappier, famoso industrial británico que terminó sus días en Mojácar.
Cerca de mil trescientas personas reposan en el cementerio de Mojácar. El camposanto ha sido objeto de varias ampliaciones sin perder su aspecto ni sus características. Las nuevas tendencias funerarias y las preferencias sobre la incineración empujaron al Ayuntamiento de Mojácar a construir un columbario donde depositar las cenizas de los fallecidos y ha ganado en funcionalidad en sus instalaciones y accesos. Se trata de un espacio arquitectónicamente amable con el entorno, en armonía con la arquitectura andaluza local, de espacios amplios que invitan al recogimiento y paseo. Destaca, además de la jardinería, el cuidado y mantenimiento de todo el recinto que lo convierte en un lugar doblemente especial.
El caso de Henry Higgins, el primer torero británico
El cementerio de Mojácar acoge el descanso eterno de Henry Higgins, el primer torero británico y acaso el último. Su primer padrino fue Brian Epstein de ‘Los Beatles’, De madre colombiana, estudió el difícil arte del toreo en España y tomó la alternativa en la Plaza de Fuengirola de manos de Antonio Ordóñez. En sus carteles aparecía bajo el nombre de Enrique Cañadas y dieron la vuelta a diversos lugares de la geografía nacional, como su libro “How to be a Matador”. Dejó el arte del toreo para dedicarse a la representación de productos de importación, y amante de las actividades de riesgo, conoció la muerte en Mojácar al precipitarse en ala delta. Mató a unos 150 astados en sus seis años de profesión siendo figura estelar en la BBC, que seguía sus corridas.
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