El anidamiento de tortuga en Mojácar es el quinto en 24 años en la provincia
Tortuga Boba
El ejemplar depositó 99 huevos, una veintena se han trasladado al Oasis Mini Hollywood y los 79 restantes se han reubicado en Mojácar‘
Una tortuga boba elige el litoral mojaquero para anidar y desovar
El anidamiento de tortuga boba (’Caretta caretta’) en la playa de Piedra Villazar, frente al Parador Nacional de Turismo es el quinto nido documentado en la provincia desde 2001 y representa todo un hito que vuelve a poner de relieve laimportancia del trabajo coordinado entre administraciones públicas, entidades colaboradoras y ciudadanía para la conservación de esta especie amenazada. El ejemplar es una hembra de tortuga boba, especie que habita en aguas cálidas, realiza grandes migraciones a lo largo de su vida, y se acerca a la costa para el desove durante los meses de junio y julio.
La apertura de la cámara de incubación realizada por el técnico de medio marino de la Junta y un Agente Medioambiental del Ministerio para la Transición Ecológica, ambos con formación especializada en la gestión y conservación de anidamientos de tortugas, ha descubierto la existencia de 99 huevos. De ellos, 20 se trasladaron a las instalaciones de ‘Oasys Minihollywood’, en Tabernas, donde serán incubados en condiciones controladas. Los 79 restantes se reubicaron en un lugar cercano, también en Mojácar, más protegido de posibles riesgos.
La provincia de Almería cuenta ya con una breve pero significativa historia de anidamientos de tortuga boba. Al de este año, se suman los ocurridos en Vera en 2001, Pulpí en 2015 y otros dos en Mojácar en 2021 y 2023. También se han registrado intentos fallidos en otras playas del litoral, como Agua Amarga en 2014, Cuevas del Almanzora en 2016 o en 2024 en Mojácar. Este patrón creciente confirma que las costas andaluzas forman parte del área potencial de expansión de esta especie, considerada vulnerable a nivel global.
La Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente continuará realizando durante las próximas semanas el seguimiento del nido, aplicando las medidas de protección necesarias y manteniendo la vigilancia constante, con la esperanza de que, dentro de unos dos meses, las crías puedan salir a la superficie y alcanzar el mar.
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