Francisco García: "Las fiestas de Mojácar son el broche final de un mes de agosto por todo lo alto"

Francisco García se hizo con la alcaldía de la ciudad de Mojácar en las elecciones municipales de 2023, y vive este año por tercera vez las fiestas patronales de San Agustín bajo la condición de primer edil de los mojaqueros/as con entusiasmo y la responsabilidad que lleva consigo el cargo.

Pregunta.–¿Cómo se presenta la edición 2025 de las fiestas?

Respuesta.–Con muchísima ilusión. Las Fiestas de San Agustín siempre son un momento muy especial para Mojácar, todos los mojaqueros y mojaqueras. Son días en los que se mezcla la tradición, la alegría, el reencuentro con vecinos y visitantes… y este año no va a ser menos. Tenemos un programa muy completo, pensado para todos los públicos y preparado con mucho cariño por parte de todo el equipo.

P.–Son sus terceras fiestas como alcalde. ¿Siente la responsabilidad del cargo?

R.–Claro que sí. La responsabilidad nunca desaparece, porque hay mucho trabajo detrás y muchas personas implicadas. Lo que quieres es que todo salga bien, que la gente lo pase en grande, que no haya incidentes y que, sobre todo, se viva el ambiente que tanto caracteriza a Mojácar. Pero también digo que es una responsabilidad bonita. Hay cansancio, sí, pero compensa ver a tu pueblo disfrutar.

P.–¿Presentan alguna novedad las de este año?

R.–Poco, pero algo se disfruta. Siempre hay compromisos, reuniones, seguimiento de actividades, pero intento estar la calle, compartir momentos con los vecinos y por supuesto, no perderme ninguno de los eventos. En realidad, también disfrutas desde otro punto de vista: viendo que todo funciona, que la gente responde, que hay vida. Eso también es satisfacción.

P.–Las fiestas son ¿un gasto o una inversión?

R.–Sin duda, una inversión. Las fiestas generan actividad económica, especialmente en plena temporada turística. Bares, restaurantes, comercios, alojamientos... todos se benefician. Pero más allá de lo económico, son una inversión social y cultural. Unen a generaciones, y hacen que Mojácar se muestre como lo que es: un pueblo acogedor, con vida e identidad.

P.–¿Presentan alguna novedad las de este año?

R.–Cada año intentamos mejorar. Esa es la novedad constante: superarnos. Escuchar lo que funcionó y lo que se puede mejorar, y aplicar ideas nuevas. Este año hemos apostado por ampliar y diversificar la oferta musical, para que haya propuestas para todos los gustos y edades: desde conciertos jóvenes, hasta grupos más tradicionales. Seguimos reforzando aspectos importantes como la organización, la accesibilidad, el transporte, la limpieza ola seguridad. Todo cuenta para que las fiestas sean mejores cada año.

P.–¿Qué momentos nadie se puede perder de fiestas?

R.–Hay muchos, pero algunos son imprescindibles: la procesión de San Agustín; la carrera de cintas, que cada año se supera; las noches de verbena en la plaza, que son puro Mojácar; y los juegos tradicionales o los actos deportivos, que tienen una participación brutal.

P.–¿Qué relación tuvo como vecino con los festejos?

R.–Muy cercana y muy viva. He vivido las fiestas desde niño, como cualquier vecino: esperando correr las cintas infantiles, disfrutando de la música en la plaza del pueblo, y disfrutando con los amigos, con la familia. Las fiestas forman parte de mi historia personal, y ahora me toca vivirlas desde otra perspectiva, pero sin perder el cariño de siempre.

P.–Las fiestas se celebran en campaña turística. ¿Cuál es el balance de la temporada?

R.–Muy positivo. Mojácar ha tenido una excelente temporada estival, con una ocupación alta y un movimiento turístico constante. Seguimos siendo un destino muy elegido tanto por visitantes nacionales como internacionales, y eso es fruto del trabajo conjunto de muchas personas. Las fiestas, además, son el broche final perfecto para cerrar agosto por todo lo alto.

P.–¿Le falta alguna actividad?

R.–Siempre hay margen de mejora. El programa es muy amplio y variado, pero somos conscientes de que cada año surgen nuevas ideas y necesidades. Estamos abiertos a propuestas vecinales, a incluir iniciativas diferentes y a seguir innovando. Lo importante es que nadie se quede fuera, y que todo el mundo encuentre su espacio en las fiestas.

P.–Está claro que le sobran los incívicos e intransigentes.

R.–Sin duda. Las fiestas son para disfrutar con respeto, alegría y convivencia. Por suerte, la mayoría de la gente lo entiende así, pero no podemos permitir comportamientos que manchen el ambiente o pongan en riesgo la seguridad. Somos un pueblo hospitalario y alegre, y las fiestas deben reflejar eso al ciento por ciento.