Así eran los Moros y Cristianos de Carboneras hace 135 años

Una crónica periodística publicada en 1890 muestra cómo era la fiesta, muy diferente a la que se celebra hoy en día

Carboneras vuelve a vibrar con la Relación de Moros y Cristianos más antigua de Almería

Montaje con la crónica publicada en 1890 y una imagen de Moros y Cristianos de Carboneras.
Montaje con la crónica publicada en 1890 y una imagen de Moros y Cristianos de Carboneras. / Diario de Almería / ChatGPT

Este viernes se ha celebrado en Carboneras la fiesta de Moros y Cristianos. Una tradición de origen incierto que los carboneros conservan desde hace siglos y que ha ido cambiando y transformándose con el paso de los años.

Según el escritor y divulgador Francisco Hernández Benzal, la teoría más probable es que la celebración llegase a Carboneras tras la construcción del castillo, allá por 1621. En su libro (Playa de Ákaba, 2018) dice que es posible que las primeras representaciones se produjeran por la visita de los mandos militares a la fortaleza o simplemente para festejar la expulsión reciente de los “moros”.

Otra teoría dice que la fiesta de Moros y Cristianos comenzó con la llegada de San Antonio a Carboneras. Según la leyenda, el santo que luego fue el patrón —sustituyendo a San Andrés— llegó a bordo de un navío portugués que fue sorprendido por un temporal y tuvo que resguardarse en Carboneras, no dejando la tormenta que volviera a hacerse a la mar sin dejar antes la imagen de San Antonio de Padua en el pueblo.

Teorías hay muchas y todas pueden ser factibles o tener parte de verdad. Según Hernández Benzal, “los más viejos del lugar siempre han dicho que las fiestas se trajeron desde Villajoyosa (Alicante) a principios del siglo XIX”. Al respecto, parece que podría haber sido así con respecto a los desfiles, pero no con los textos, ya que “en Villajoyosa está escrito en lemosín, lengua vernácula del catalán, y no existen vestigios de esa lengua en nuestros textos”.

Publicación de "La crónica meridional" el 20 de junio de 1890.
Publicación de "La crónica meridional" el 20 de junio de 1890. / Diario de Almería

Esto se enlaza con la teoría de que el formato actual de la fiesta, con el texto de la relación tal como es hoy día, proceda de algún maestro de escuela o párroco fuera trasladado desde Orce, Cúllar o Huéscar (Granada), en torno a 1918. El texto de los Moros y Cristianos de Carboneras hace referencias a esa zona de Granada.

Sea como fuere, lo cierto es que las fiestas de Moros y Cristianos de Carboneras ya estaban muy arraigadas en el siglo XIX. Eran las más importantes de la provincia, como dejaba claro el académico de Historia Miguel Flores González “Grano de Oro”, que en un artículo de 1936 decía sobre “las fiestas populares de moros y cristianos que todavía se celebran en varios pueblos de la provincia de Almería” que “la más importante es la representada en la villa de Carboneras”.

El relato más antiguo que se conserva sobre las fiestas de Moros y Cristianos en Carboneras es de hace justo 135 años. Se publicó en “La Crónica Meridional”, periódico que se editaba en Almería capital, el 20 de junio de 1890.

Según destaca Francisco Hernández Benzal, gracias a ese relato se puede saber que las fiestas comenzaban a las 3 de la madrugada del día 13 de junio con el toque de diana amenizado por la banda de música de Pechina (Almería) y a partir de esa hora los carboneros ya corrían por sus calles para no perderse la batalla de moros contra cristianos.

Una hora después, a las 4 de la madrugada, bajaban a San Antonio —que aún no era el patrón oficial, pues no lo fue hasta el 29 de abril de 1918— hasta la plaza del castillo emplazándolo en un trono adornado con flores y palmas. Allí aguardaban al santo un gran grupo de hombres armados con escopetas, llegando después, bien uniformados, el general y alférez cristianos.

Estando todos rodeando a San Antonio, llegó un espía cristiano anunciando el inminente desembarco de unas galeras moras con multitud de infieles a bordo con el propósito de llevarse al patrón de Carboneras a África. El general mandó a sus soldados al castillo para proteger al santo y a otro grupo a un castillo simulado que se había construido en la Isla de San Andrés. Al poco, aparecieron cuatro embarcaciones llenas de moros y se produjo una fiera lucha en el mar y luego en el propio castillo que duró una hora. Pero finalmente los cristianos se rindieron tras otra hora de lucha en un solar cercano el castillo.

Según relata la crónica firmada por un corresponsal garruchero, el pueblo lloraba y lanzaba improperios al invasor durante estas luchas fingidas. Durante el resto del día, música y disparos al aire amenizaron las fiestas.

El escritor Francisco Hernández Benzal ha analizado la crónica de 1890.
El escritor Francisco Hernández Benzal ha analizado la crónica de 1890. / Víctor Visiedo

Al día siguiente, 14 de junio, se reanudaron los combates que duraron unas cuatro horas, con gran estruendo de disparos y continuo tiroteo con la victoria final de los cristianos que recuperaron a su santo, arrojando a la playa a los invasores. Por la tarde, regatas, música y fuegos de artificio junto con el atractivo de las guapas mujeres de Carboneras y otras forasteras completaban dos días de fiestas para satisfacción de propios y extraños cerraban la celebración.

En aquellos Moros y Cristianos de 1890, el primer día vencían los moros y en el segundo, los cristianos. No había aún batalla dialéctica (relación), que se introdujo años más tarde. Esto sería a partir de 1918, probablemente, según Hernández Benzal. “En el levante español se celebraban los desfiles o entradas de las tropas vencedoras junto con los vencidos y eso es lo que probablemente se añadiría a la celebración original de la lucha de moros y cristianos de Carboneras y que, con toda probabilidad, como decían los más viejos del lugar, introdujeron los pescadores que desde siempre han faenado en las costas levantinas y aún siguen haciéndolo”. El escritor añade que “lógicamente no hay vestigios de textos del levante (Alicante, etcétera), porque los textos de Carboneras, a partir de 1918, fueron introducidos por un maestro o sacerdote, con el estilo de los pueblos del interior de Andalucía oriental, especialmente Granada”.

Por lo tanto, concluye que las luchas han existido siempre, pero la relación (discursos) solo desde 1918, mientras que los desfiles y la batalla en el mar y la playa los aportaron los pescadores, por la influencia de sus visitas a Villajoyosa. “Incluso, décadas después, el ayuntamiento fue a Vinaroz y Peñíscola a comprar las ropas de moros y cristianos que se usaron en la película de El Cid (1960) y que usaron durante muchos años en Carboneras”.

Otra gran diferencia de 1890 con la fiesta actual es que la isla de San Andrés era testigo de la batalla en el mar, con un castillo simulado e iluminado.

La crónica periodística de hace 135 años también da algunos detalles históricos como que por aquel entonces el alcalde era Simón de Fuentes Alarcón, el general cristiano era Cristóbal Fernández, y su alférez era Francisco Quesada.

Mucho han cambiado las cosas en estos 135 años, pero una sigue intacta: el fervor y cariño con el que los carboneros celebran los Moros y Cristianos. Una fiesta que es, por méritos propios, una de las más antiguas e importantes de la provincia de Almería.

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